1. Carta I de San Pablo a los Corintios 15,1-8. Quiero
recordaros, hermanos, la Buena Nueva que os anuncié. Vosotros la recibisteis y
perseveráis en ella, y por ella os salvaréis si la guardáis tal como yo os la
anuncié, a no ser que hayáis creído cosas que no son.
En primer lugar os he transmitido esto, tal como yo mismo
lo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras;
que fue sepultado; que resucitó al tercer día, también según las Escrituras.
Bellísimo texto en que san Pablo proclama el kerigma, “una
intervención viva y actual de Dios presente por la palabra del mensajero que no
se guarda nada de lo que le han dicho, y cuya palabra es mediadora de la oferta
de salvación presente en ese acontecimiento”. Lo decisivo del kerigma es la
acción, la proclamación. Por la proclamación del hecho viene actualmente el
Reino de Dios, se hace real el evangelio. “Es la proclamación oficial y
autorizada del gran hecho cristiano: Cristo presente y activo en la historia
humana, para conducirla desde dentro a su salvación final". La verdad es
que Pablo late al ritmo de Cristo y aprovecha cuantas oportunidades se le
brindan para confesarle. ¡Cuántas veces nos ha tocado CONTAR nuestro encuentro
con Cristo y cuántas gracias se han derivado de ello! ¡Cuántas veces hemos
invitado a hacer algo por María y hemos descubierto de nuevo su presencia!
Proclamemos el kerigma a tiempo y a destiempo, con alegría, con nuestra vida.
Cristo murió y resucitó ayer, en mí, y puede hacerlo de nuevo AQUÍ Y AHORA.
2. El Salmo 19 (los cielos cuentan la
gloria del Señor, proclama el firmamento la obra de sus manos) nos invita a la
contemplación de la creación, la obra de las “manos de Dios”. Silencio, saber
escuchar, saber mirar, saber amar.
3. Evangelio según San Juan 14,6-14. Felipe le dijo: «Señor,
muéstranos al Padre, y eso nos basta.» “El que me ve a mí ve al Padre”.
Cristo es Camino, Verdad y Vida. Si yo lo veo, lo escucho,
lo amo, lo transparento a mis hermanos. En Cristo lo tenemos todo. Fuera
de Él, nada.
Estamos ya en el Mes de Mayo, tan bello, tan hermoso.
¡Vamos con Flores a María! Lo más seguro, lo más tierno, lo más directo para
llegar a Jesús.