Qué diferentes son los días en que el sol lo domina todo de aquellos cargados de nubes. Es una buena imagen para entender muchas veces nuestras vidas. Un día de sol es un día feliz donde la luz nos hace disfrutar aún más de la maravilla de la creación. Es una jornada alegre, aunque el día transcurra de manera monótona.
El ciego Bartimeo sabía bien lo que suponía no poder ver más el sol, había disfrutado de su calor en el rostro y de los múltiples colores con los que vestía todas las cosas. Después había llegado la oscuridad a sus ojos enfermos.
Pidamos al Señor que nos devuelva la vista de los ojos del espíritu para ser conscientes de la maravilla de haber sido creados por un Dios todo amor y bondad. Gracias Señor por todo, gracias porque tú eres la luz de mi vida.