18 octubre 2014. San Lucas, evangelista – Puntos de oración

Nos ponemos en la presencia del Señor y para este rato de oración vamos a tomar como composición de lugar: Jesús crucificado.
En la primera lectura, escuchamos a Pablo quejarse del abandono tan grande a que ha sido sometido cuando ha tenido que manifestar su fe: “sólo Lucas está conmigo”. Pablo sabía de abandonos y pudo sentir de cerca el abandono de Jesús en la Cruz. ¡Cómo le dolía a Pablo el escándalo de la Cruz! Parece que no pocos cristianos se avergonzaban del crucificado.
Escucha hoy lo que Jesús te pide desde la Cruz: “Reconoced en mi cuerpo, vuestros miembros, vuestras vísceras, huesos y sangre. ¿Os causa temor? ¿Será que no os gusta lo que es vuestro? Tal vez la atrocidad de la pasión ¿te causa vergüenza?
No tengáis miedo. Esta cruz no fue mortal para mí, sino para la muerte. Estos clavos no me penetran de dolores, sino de un amor más profundo hacia vosotros. Estas heridas no causan mis gemidos, sino que os permiten entrar más hondo en mi corazón. Mi sangre no se ha perdido, sino que ha sido vertida para vuestro rescate.
Venid, pues, volved a mí y reconoced y reconoced a vuestro Padre, al ver que os da bien a cambio de mal, amor a cambio de ultrajes y mucha caridad a cambio de heridas. Empuña la espada del Espíritu, haz de tu corazón un altar. Y así presenta tu cuerpo a Dios; sin miedo ofréceselo en sacrificio. (San Pedro Crisólogo)
No me mueve, mi Dios, para quererte  el cielo que me tienes prometido,  ni me mueve el infierno tan temido  para dejar por eso de ofenderte.Tú me mueves, Señor, muéveme el verte  clavado en una cruz y escarnecido,  muéveme ver tu cuerpo tan herido,  muévenme tus afrentas y tu muerte.Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,  que aunque no hubiera cielo, yo te amara,  y aunque no hubiera infierno, te temiera.No me tienes que dar porque te quiera,  pues aunque lo que espero no esperara,  lo mismo que te quiero te quisiera.

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