Las lecturas de este día nos hablan de universalismo. Dios quiere que todos los hombres se salven. Ha encendido una luz y la ha puesto en lo alto para que todos puedan ver. El tiempo de adviento nos habla de esta iniciativa de Dios preparada durante siglos y realizada en Jesucristo, luz del mundo.
Jesucristo alaba la fe del centurión. Cada día durante la Eucaristía repetimos las palabras del centurión al acercarnos a la Comunión queriendo expresar esa fe que conmovió al Señor. Hoy en nuestra oración podemos ejercitar de nuevo la fe: “Señor yo no soy digno pero una palabra tuya bastará para sanarme”. A todos nuestros esfuerzos debemos añadir esta actitud de confianza en Jesucristo; lo que la fe nos aporta nada nos lo puede dar.
“Vendrán de oriente y occidente”. Pidamos en este día por el fruto del viaje del papa Francisco. Un testimonio unánime de todos los cristianos es necesario para que el mundo crea. El papa confía en la oración, oremos por nuestros hermanos cristianos ortodoxos: “Pidamos a Dios el gran don de la plena unidad y la capacidad de acogerlo en nuestras vidas. Y nunca olvidemos de rezar unos por otros”