Jornada por la familia y la vida
Todos los años en este día celebramos el
martirio de los santos inocentes, pero este año coincide con el domingo de la
Infraoctava de Navidad, por eso la celebración que se prioriza es la del
Domingo, que además es el de la Sagrada Familia.
Como cualquier otro día, nos acercamos a
la oración con humildad de corazón, implorando la ayuda del Espíritu Santo para
entrar en esta comunión de amor que es la meditación.
Nuestros guías en este itinerario de hoy
van a ser: Jesús, María, José y también estos niños inocentes que nos dicen
cómo hemos de acercarnos al Señor: siendo como niños, o sea, confiados,
sencillos, amables.
El que honra a su padre expía sus
pecados.
El que respeta a su madre acumula
tesoros
Con estas dos frases del Eclesiástico
tenemos ya una clave de acceso a la oración. Al que honra a sus padres, el
Señor le escucha. Son para nosotros un camino de acercamiento a Dios, por eso
hemos de estar muy atentos a sus enseñanzas y a sus indicaciones.
Jesús daba culto al Padre siendo
obediente a sus padres terrenos.
Ante el misterio de su pérdida en el
Templo a la edad de 12 años, deja muy claro que hay que anteponer el plan de
Dios a cualquier otra preferencia.
La familia nos ayuda a conocer a Dios, a
seguirle en todo momento y a saber tomar opciones que implican muchas veces
posponer los más querido con tal de ser fieles a la voluntad de Dios.
Todo esto ya está anunciado en la
presentación que hacen María y José de Jesús en el Templo. Pues Simeón, lleno
del Espíritu profetiza lo que será del Niño.
Esta profecía
nos ilumina un segundo momento de la oración.
“Mira, éste está puesto para que muchos
en Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara
la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma”
Todo un programa de vida que se nos
actualiza a cada uno de nosotros y que podemos sintetizar en unos puntos para
meditar:
1.
La familia es el ámbito natural de
crecimiento y de respuesta al plan de Dios sobre cada uno de nosotros.
2.
Jesucristo no nos deja nunca
indiferentes. Hay que optar a favor o en contra.
3.
Si opto por Él, también yo seré
discutido, como tantos cristianos los son en estos momentos cruciales de la
historia.
4.
Solamente ante el Señor se clarifican
las actitudes de los corazones.
5.
Cuanto más cerca estemos de Dios, más
espadas traspasarán nuestra alma, pues nos hacemos solidarios de sus
preocupaciones y de sus intereses.
6.
Necesitamos a María para permanecer
fieles hasta el final.
Terminamos nuestro rato de oración
haciendo un coloquio en familia, con Jesús, con María, con José y con los niños
inocentes. En este coloquio pedimos a cada uno para que proteja a la familia,
santuario de la vida y esperanza de la sociedad.