13 mayo 2015. Miércoles de la sexta semana de Pascua – Nª Sª de Fátima – Puntos de oración

En un día tan singular, 13 de Mayo, invocamos con verdadero amor e intensidad al Espíritu Santo y a nuestra Madre. Así, puestos en la presencia del Señor vamos serenando el corazón para abrirnos a su acción en este ratito de oración.
Vamos a saborear despacio cada palabra del evangelio de hoy. Las palabras de Jesús denotan cariño y celo por cada discípulo. Un amor hecho de compromiso, como veremos.
“Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora”: nuestra condición de criatura nos limita a recibir en plenitud todo el plan (junto) de Dios sobre nosotros. Es pues más “divino” dejar hacer al Señor, día a día, sobre nuestras vidas. Si nos cargara con “todo el peso” de su voluntad (de toda la vida), nos aplastaría.
“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena”. Necesitamos entonces al Espíritu Santo para conocer día a día el camino y para llegar a la plenitud que “al abrazo perfecto de duración eterna” que nos decía el P. Morales. Es interesante el matiz de que el protagonista (el director de la orquesta de nuestra vida) no somos nosotros sin el Espíritu divino. Siguiendo el símil diríamos que a nosotros nos corresponde ser instrumentistas cualificados (tocar el instrumento que nos corresponda con destreza, celo y cariño) e interpretar la partitura que “nos viene de arriba”.
“… hablará de lo que oye…El me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando…”. Con éstas palabras del Señor vamos entrando en la dinámica de la vida “entre los tres” (La Trinidad). ¡Qué maravilla pensar que aquellas inspiraciones que nos envía el E. Santo, proceden de Jesús y del Padre!, ya que no “trabajan” aisladamente.
“…todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará”. Vemos ahora, con total exactitud, lo que comentaba anteriormente. Podemos meditar en ese empeño que tiene la Trinidad en darnos de su vida, en alimentar nuestro interior. Pero también contamos con las mediaciones que nos validan las insinuaciones que recibimos en el interior. Así lo quiso el Señor “quien a vosotros os escucha, a mí me escucha”.
Un poco más adelante, la pedagogía de la Iglesia, nos irá acercando progresivamente a ese misterio, increíble y maravillo, que es la fiesta de la Santísima Trinidad. Algunos santos han calado profundamente en este misterio y, enamorados de esta locura de amor de los tres, han hecho suyas las palabras de Jesús, “permaneced en mi amor”. Y ya no han querido salir de ahí. Recordamos, ahora, cuántas veces vimos y oímos ese diálogo permanente de S. J. Pablo II, como un murmullo que brotaba de su corazón enamorado de Dios.
Recuerdo una vez que, siendo  militante, llegué al Hogar de Zamora y entré a hacer una visita a la Capilla. Al salir me encontré con el P. Morales y no se me ocurrió mejor cosa que decirle; “¿Está muy sólo por aquí, no?.  El me respondió; “¡no!, estoy con mis tres”. ¡Cómo se las gastan los hombres de Dios!

Decía, al principio, el día tan especial, 13 de Mayo, que vamos a vivir. Podemos acercarnos a la Capelinha de Fátima, con el corazón, y ahí hacer nuestra oración. Es un lugar y un mensaje con fuertes resonancias para la Cruzada-Milicia y Colaboradores. Recordando el ofrecimiento del P. Eduardo, las diferentes peregrinaciones que hemos realizado o (los que tuvimos el regalo de verlo) al P. Morales arrodillado, horas enteras, a los pies de una imagen peregrina de Fátima. Nos quedan en el corazón, para meditar todo el día, las palabras sencillas pero punzantes como saetas, dichas por la Virgen a los pastorcitos:  “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?.- Les dijo la Virgen   -Si, queremos. .- Respondieron ellos.-Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá”.

Archivo del blog