17 mayo 2015. La Ascensión del Señor (Ciclo B) – Puntos de oración

Me gustaría comenzar estos puntos de oración en este día de la Ascensión, con el texto autobiográfico de S. Ignacio y su vivencia en el monte Olivete. Escribe el Santo de Loyola:
"47. Y queriéndole demostrar las bulas, por las cuales le podían descomulgar, él dijo que no era menester verlas; que él creía a sus Reverencias; y pues que ansí juzgaban con la autoridad que tenían, que él les obedecería. Y acabado esto, volviendo donde antes estaba, le vino grande deseo de tornar a visitar el monte Olivete antes que se partiese, ya que no era voluntad de nuestro Señor que él se quedase en aquellos santos lugares. En el monte Olivete está una piedra, de la cual subió nuestro Señor a los cielos, y se ven aún agora las pisadas impresas; y esto era lo que él quería tornar a ver. Y así, sin decir ninguna cosa ni tomar guía (porque los que van sin turco por guía corren grande peligro), se descabulló de los otros, y se fue solo al monte Olivete. Y no lo querían dejar entrar los guardas. Les dio un cuchillo de las escrivanías que llevaba; y después de haber hecho su oración con harta consolación, le vino deseo de ir a Betphage; y estando allá, se torno a acordar que no había bien mirado en el monte Olivete a qué parte estaba el pie derecho, o a qué parte el esquierdo; y tornando allá creo que dio las tijeras a las guardas para que le dejasen entrar.
48. Cuando en el monasterio se supo que él era partido así sin guía, los frailes hicieron diligencias para buscarle; y así, descendiendo él del monte Olivete, topó con un cristiano, que servía en el monasterio, el cual con un grande bastón, y con muestra de grande enojo hacía señas de darle. Y llegando a él trabóle reciamente del brazo, y él se dejo fácilmente llevar. Más el buen hombre nunca le desasió. Yendo por este camino así asido del cristiano, tuvo de nuestro Señor grande consolación, que le parescía que veía a Cristo sobre él siempre. Y esto, hasta que allegó al monasterio, duró siempre en grande abundancia.
¿Qué se desprende de lo leído? Primero: Un gran deseo de Ignacio de visitar los santos lugares para conocer más de cerca los hechos de nuestro Señor Jesucristo. Segundo: No solo quiere conocer, sino experimentar de cerca los acontecimientos, hasta el punto de querer saber la posición de los pies del Señor cuando la Ascensión…Tercero: La experiencia de la consolación, que el santo recibe, cuando es llevado "preso" al monasterio de donde había partido.

Nosotros también tenemos que tener en este día algún movimiento interior que nos una al Misterio que celebramos. Importa mucho saber, que los misterios de Cristo se produjeron en el tiempo, pero también que se actualizan a lo largo del tiempo, y las gracias que conllevan, nos llegan a nosotros en este momento actual de nuestra historia. No todos tenemos la misma experiencia de esta realidad, pues depende mucho de nuestro ejercicio de virtudes y disposición de nuestra alma.... Por lo tanto, comenzaremos la oración con un gran acto de Fe, la seguiremos con la esperanza de que también nosotros algún día iremos al cielo, y sobre todo suplicaremos ardientemente que el Señor nos consuele con su Gracia, para que la vida no se nos haga demasiado larga sin su presencia. Que así sea.

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