22 noviembre 2015. Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo (Ciclo B) – Puntos de oración

“A Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. A aquel que nos amó, nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre, a Él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”
Así termina la lectura del Apocalipsis de la misa de hoy.
Y el Evangelio, de san Juan, así:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para sertestigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»
En esos dos textos podemos centrar nuestra oración de hoy, que sale muy fácil del corazón. Pero empecemos respirando con el Señor, recitando la oración del Padrenuestro, recalcando especialmente: “Venga a nosotros tu Reino”.
La oración de hoy tiene que ser de alabanza, de alabanza continua, y de petición: Venga tu Reino a nuestro corazón, que escuchemos tu voz, Señor.
Rey eternal, resuena en nuestros corazones el llamamiento de Ejercicios Espirituales. Renovemos hoy la respuesta que en esos días de silencio le dimos.
Vamos a pedir para ello al Espíritu Santo luz y gracia, fuerza, para entender de verdad que Jesucristo es el Señor, el testigo fiel, el testigo de la verdad, el testimonio viviente de un Reino que no es de este mundo. El nos enseña cómo es ese Reino, que tantas veces falsificamos y caricaturizamos.
Luz para conocer los engaños “del mal caudillo”, y gracia para librarnos de ellos, pedimos en Ejercicios. Luz para reconocer que sólo Él es el Señor de nuestra vida, el que da sentido a la historia, al universo, a la Iglesia, a la pequeña parte de la misma que es la Milicia y el Movimiento de Santa María, el que da sentido a nuestra propia existencia.
Jesús no es un rey terrenal, no tiene poder político, no enseña una doctrina religiosa. Es un profeta, un testigo que anuncia un acontecimiento, algo que pide ser escuchado, pues lo puede cambiar todo:
Dios se ha introducido en la historia humana por el camino de la humildad, de la sencillez, del desaparecer en las cosas ordinarias de la vida. Hay que cambiar, vivir de manera diferente, creer en esa Buena Noticia.
Pilato no lo entendió, pero nosotros hoy tampoco terminamos de entenderlo. Jesús se resistió siempre a ser proclamado rey y les exigirá a los apóstoles que no sean como los reyes y gobernantes, sino que se comporten como los servidores de todos. Sólo buscaba una cosa: que hubiera en la tierra hombres y mujeres que comenzaran a actuar como actúa Dios, convirtiéndose así, como Él, en testigos de la verdad, en testigos fieles del amor y la misericordia de Dios, que no quiere la muerte del hombre, sino que se convierta y viva.
No lo olvidemos, es un rey coronado de espinas, burlado por los soldados y asesinado en una cruz de esclavos. No nos avergoncemos, pues, de este Cristo perseguido y muerto por ser testigo de la Verdad.
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura”. Un reino que consiste en la soberanía del amor, y quiere agrupar bajo su bandera a hombres nuevos que predican con su vida la misericordia y la compasión.

Venga a nosotros tu Reino”.

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