¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
Con estas
palabras nos recibía el padre Morales en estas fechas con motivo del nuevo año
litúrgico: hoy, sábado, esta tarde, cuando salga la primera estrella, comenzará
el año nuevo con el primer domingo de adviento.
La lectura
del Evangelio de hoy nos invita a estar preparados porque no sabemos ni el
lugar ni la hora; lo que sí es cierto es que un día nos tendremos que presentar
ante el juicio de Dios. Ese día, no sé vosotros, pero yo estoy seguro de presentarme
ante el Señor no con las manos vacías, sino más bien llenas de miserias. Ese
día necesitaré la misericordia de Dios. No estoy seguro de hacer méritos para
lograr la salvación; pero de lo que sí estoy seguro es que la misericordia de
Dios no me abandonará en ese momento.
Sé que no
me abandonará porque he visto al ser más cargado de miserias presentarse y Dios
Padre le ha abierto las puertas del paraíso: Jesús ha cargado con todos
nuestros pecados y miserias y Dios ha tenido misericordia de Él. Es cierto que
ha querido cargar con esas miserias voluntariamente pero Jesús se ha sentido
realmente culpable por todas ellas.
Este año
vamos a vivir de una forma especial el año de la misericordia. Es bueno que
aprendamos las obras de misericordia para con los demás. Pero es mucho más
importante que sintamos la misericordia de Dios para con nosotros. Te invito a
sentir, en este rato de oración, de una forma especial, esa misericordia divina
sobre ti. Siente cómo te ama Dios, siente cómo te perdona, siente cómo te
quiere, hasta dar la vida por ti.
No podemos
dejar pasar este día sin acordarnos de la Inmaculada. Ella es la que te va a
hacer sentir el amor del Padre sobre ti de una forma especial. Prepara la
fiesta de la Madre con mucho afecto y no salgas de la oración sin pensar qué le
puedes regalar ese día tan grande.