Estamos en pleno mayo y en este mes resuenan en nuestros corazones las
palabras tan emocionantes que recitamos en las Flores que dedicamos a la
Virgen, que el P. Tomás orales con tanta delicadeza compuso para que se
suscitara en nuestros centros de trabajo y estudio la devoción mariana;
invitáramos a nuestros compañeros como lo seguimos haciendo a lo largo del
mes: “Purísima Inmaculada… presentes ante tu trono tus hijos queremos
consagrarte todos los días de este es bendito… tuyos somos, tuyos queremos ser,
tuyos nuestros alientos de conquista, tuyos nuestros ímpetus de combate, tuyos
nuestros ardientes deseos de pureza inmaculada, tuyos nuestros
ardorosos anhelos de conquista, tuyos nuestros ardorosos anhelos de ferviente
apostolado”.
Aquí y en los diálogos y oraciones que siguen, está todo el espíritu del
Padre, como se enardece el alma cuando recita: …”tenerte a ti por Madre”,
“prender almas de joven en tu manto azul reluciente de estrellas” (poético el
Padre) y remata la faena (no olvidemos sus aficiones taurinas) con una
consagración a lo Luis María Grignon de Monfort: “Tuyos somos, tuyos queremos
ser, tuyos nuestros”… el alma se abre como la flor y se entrega al Señor. Y
después de unas cuántas alabanzas a la Reina, cuando ya la tenemos “ganada” le
pedimos nuestras cosas, entre ellas familia, trabajo, apostolado y que venga el
Espíritu Santo porque es el mes de Él y Ella es su expresión más viva, a quien
cubre con su sombra de manera especial toda su vida: ”Pudo hacer Dios un mundo
más dilatado y espacioso, pero un corazón, una mujer más hermosa y
excelsa que María no pudo hacerla”. En Ella se hizo su casa en la tierra, por
eso España entera en estos días se vuelca en Ella.
Estoy viviendo en Getafe, la Patrona es Nuestra Sra. De LOS ANGELES a la
que custodian en el Cerro todo el año, pero le dan unas vacaciones todos los
años y la sacan para que baje a la ciudad justo la víspera de la Ascensión para
que puedan visitarla todos. Allí siempre está rodeada de sus hijos y hay confesiones
y misas y constantemente hay un trasiego de gente entrando y saliendo y este
año más todavía con la puerta jubilar adornada de flores por donde pasan todos.
Es impresionante el poder evangelizador de la Reina de los Ángeles. Finalmente
será la despedida, vuelve a su camarín al Cerro desde donde cuida a todos junto
con el Corazón de Jesús. Esta ciudad está bien guardada con estos grandes
guardianes, no me extraña que me haya impresionado notablemente al tratar con
sus gentes. Doy muchas gracias por esta estancia.
No sé si os servirá para la oración, el día de San Pascual Bailón y de las
Comunicaciones a nivel internacional. Pero me bastaría que te quedaras
mirándola y le dijeras: “Todo tuyo soy”.
Que las flechas de nuestras vidas, apunten al cielo donde Tú habitas, que
no he nacido para el suelo que es morada de dolor, que yo he nacido para el
cielo, yo he nacido para Dios.