Siguiendo el
libro de Abelardo “¡Mirad a María!”, el texto para el 6 de mayo nos ofrece un
enfoque interesante de cómo es nuestra madre:
- Unión
estrecha con el Espíritu Santo. Concibió María del Espíritu Santo (Mt 1, 18). “El Espíritu Santo inflamó
su alma y santificó su carne con perfectísima pureza”. Le daba fuerza especial
para estar alegre, trabajadora, humilde, atenta, confiante…
- Intensamente
madre. “Madre que,
por serlo virginal, lo es aún más plenamente. Ella sola da a Jesús la
naturaleza humana íntegra”. Modelo de entrega para todas las madres, para todas
las personas
- Lo
entrega de nuevo al Padre. Tú me lo has dado, yo te lo entrego para que lo glorifiques, podríamos
poner en labios de la Virgen, como palabras de confianza madura cuando “ofrece
a Jesús al Padre en el Calvario”
- Una vida
difícil hecha feliz”. Que en nuestros agobios, dificultades, incomprensiones e incertidumbres
nos dejemos enseñar por nuestra Madre, la maestra de la Iglesia.
María,
ayúdanos a continuar por el buen camino, sin parar, sin dudar.