7 mayo 2016. Sábado de la sexta semana de Pascua – Puntos de oración

Cuando uno ha resucitado con el Señor está contento, alegre, animado. Este entusiasmo fruto de estar lleno del espíritu del señor se trasluce en palabras y obras. Es lo que captaron en Apolo. Se lee en los Hechos de los Apóstoles: era muy entusiasta, elocuente, hablaba públicamente, rebatía vigorosamente. Proclamaba a todos que Jesús es el Mesías. A su vez Pablo y los cristianos le animaban.
Pidamos al Señor que avive nuestra fe, que se traduzca en entusiasmo, en una alegría conquistadora. Ahora que toda la naturaleza brota manifestando la fuerza que ha almacenado dentro, y se despliega en vida y colorido, que deslumbra y no deja indiferente, así nuestra fe animada por la fuerza de Cristo resucitado debe llamar la atención de aquellos que nos contemplen desplegándose en buenas obras. El aire está lleno de los aromas de tantas y tantas variedades de flores, así nosotros los cristianos, cada uno con sus dones y carismas lleven  el buen aroma de Cristo a todos aquellos que se asfixian. La luz de estos días tiene una intensidad altísima, deslumbra. Llevemos la luz a todos los lugares donde estemos, predicando que Cristo es el Mesías que da sentido  y luz a nuestras vidas. Cristo ha resucitado y nos dice que sigue con nosotros  mientras esta unido al Padre, es más nos dice que pidamos en su nombre, ahora que está junto al Padre. No deberíamos cansarnos de pedir. Seamos contemplativos, transcendamos todas nuestras vivencias y realidades, pasémoslas por el corazón del Padre. No es difícil. A nosotros nos toca pedir a Él dar.

La Virgen en este mes es mediadora de todas nuestras peticiones, acudamos también a ella de manera especial, ella que es causa de nuestra alegría y gozo en nuestras tribulaciones.

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