13/1/2018. Sábado de la I semana del T. Ordinario – San Hilario de Poitiers – Puntos de oración

1.    Oración preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios (EE 46): “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.”
2.    Petición. Pedimos por nuestros compañeros de trabajo, amigos, vecinos, etc. que no conocen a Dios y para los que no tiene importancia en sus vidas, para que sientan el gozo de la libertad que nos trae el evangelio.
3.    Puntos para orar: La lectura del evangelio nos muestra la vocación del apóstol Mateo. Un publicano, un pecador público es elegido por Jesús para seguirle y ser uno de Los Doce. Y la gente bienpensante de entonces se escandaliza de que Jesús se mezcle con gente de mala fama. Jesús no se deja llevar por el qué dirán sino que va director a hacer la voluntad del Padre, que es salvar a los hombres. Y es que no ha venido para llamar a los justos sino a los pecadores. Y no rehúye las críticas de los fariseos sino que defiende y acoge a los que son excluidos. Y los fariseos intentaron destruir la reputación del Señor llamándolo "amigo de publicanos y pecadores" (Mt 11:19). Pero lo que ellos querían designar como una injuria ha venido a ser una de las razones por las que nos unimos más al Señor: él ha venido como médico para sanar a los enfermos, para buscar lo que estaba perdido. Y esto nos llena de confianza en Jesús que no solo no hace caso a los fariseos sino que defiende de sus críticas a los pecadores. Nadie ante Jesús se puede sentir excluido. Pensar en el rato de oración qué sería lo que atrajo a Leví de Jesús para dejarlo todo cuando le llamó. Seguramente le habría visto en Cafarnaúm hacer milagros de curación y predicar a las multitudes mientras él estaba a la mesa de sus impuestos. No es probable que fuera amigo de Pedro ni de Andrés ni de Juan, pues eran fieles cumplidores de la ley y en el ambiente no estaba bien visto juntarse con esa gentuza de los publicanos. Pensar que le pudo llamar la atención a Leví de la figura, de las obras o de la enseñanza de Jesús Quizá no se hubiera atrevido a seguirle si Jesús no le hubiera llamado aunque ardía su corazón al verle pasar. Y era un buen negociante que no desperdicia las ocasiones. E hizo un buen negocio para toda su vida al levantarse a la primera cuando Jesús le llamó aquel día que estaba al mostrador de los impuestos. Roguemos al dueño de la mies que llame a muchos operarios a su mies, pues él sabe dónde llamarlos y lo que hay y lo que se mueve en el corazón de cada hombre.
4.    Unos minutos antes del final de la oración: Diálogo con la Virgen Inmaculada.  Avemaría o Salve.

5.    Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.

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