18 enero 2018. Jueves de la II semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

“Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo”. Frase impresionante. Frase el Evangelio de hoy que interpela nuestra fe. “Había curado a muchos”. Estamos acostumbrados a los milagros de Jesús, a sus curaciones, a su solicitud para los que sufren y los que están enfermos. Quizá nos hemos acostumbrado tanto que no le damos importancia. “Jesús era así, que otra cosa iba a hacer”. Nos puede costar contemplar en las escenas evangélicas ese deseo del corazón de Jesús de sanar a ese hombre que tiene enfrente: hoy un leproso, mañana un padre angustiado por su hija, pasado un ciego o un endemoniado. Quizá nos pueda ayudar para la oración de hoy contemplar alguna de esas sanaciones que tan bien conocemos.

Pero el Evangelio de hoy apunta hacia una escena que nos suele pasar desapercibida. Los enfermos echándose encima de Jesús. ¿Cuál sería la desesperación, el sufrimiento de esos hombres? O quizá, ¡qué grande era su fe! Que grande en comparación de la nuestra. Y con qué sencillez, como niños, acuden a Aquel que saben que puede hacer algo por ellos. Sin preocuparse de si son dignos de esa ayuda, sin quizá ser muy conscientes de lo que están pidiendo. Simplemente como siguiendo un instinto que les atrae hacia Jesús. Porque la Gracia no se merece, sino que se recibe como regalo. Así actuaban esos hombres con Jesús. ¿Y nosotros? ¿Y tú? ¿Qué milagros?, ¿qué curaciones conoces que ha hecho Jesús? No solo los descritos en el Evangelio o de tiempos pasados. Piensa en gente de ahora. Piensa en conocidos tuyos. Piensa en ti mismo. ¿Qué curaciones ha operado ya en tu vida el Maestro? ¿Y cómo es tu fe? Reaviva el deseo de arrojarte, como esos hombres, a Jesús, pues Él es el Salvador, el Sanador. ¿Qué heridas tienes que presentarle? Hace poco, en la Navidad, lo contemplábamos como Niño. ¿Cómo no confiar ante un Dios así? ¿Cómo no abrirle nuestra vida para que entre con fuerza?

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