22 enero 2018. Lunes de la III semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

¡Ven, Espíritu Santo, sin ti no hay nada puro en el hombre, pobre de todo bien!
Os propongo que empecemos la oración de hoy rezando muy despacio un Padrenuestro, y, sobre todo la parte final, diciendo con convicción: “Líbranos del mal”. Sí, Padre, líbranos del Maligno, de Belzebú, el padre de la mentira. Como experto mentiroso y embaucador enseña a sus secuaces a utilizar su mismo lenguaje. En este caso son los escribas los que achacan al mismo Jesús que sea él un seguidor de Satanás. ¡Curiosa trampa hacer creer que Jesús está al servicio de Satanás!
Jesús responde con sentido común y con sentido divino. El sentido común es muy importante porque hemos de responder con él la mayor parte de las veces. Deja además una bonita sentencia: una familia dividida no puede subsistir. Qué importante mantener a la familia unida, no necesariamente físicamente, sino principalmente de forma espiritual, moral, con un mismo sentir y querer.
Y responde con sentido divino, con sentido de redención: al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le alcanzará el perdón de sus pecados, porque él mismo se habrá cerrado todas las puertas impidiendo a Dios entrar ni con su luz ni con su amor.
Jesucristo ha venido al mundo para salvarlo del Maligno y ha convocado a discípulos para que junto con él expulsen demonios, los de cada hombre y los de la humanidad entera. Nosotros somos discípulos suyos, no hemos de temer a las fuerzas del mal si vamos con tan buen compañero, Cristo, vencedor.

Líbranos, Padre nuestro, del Maligno que nos hace cerrar las puertas a tu amor. Danos humildad y sentido común para “descubrir los engaños del mal caudillo y huir de ellos”. Concédenos la gracia de tu perdón porque creemos en ti y nos abrimos con docilidad a tu Santo Espíritu. Amén.

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