Para comenzar nuestra oración nos
ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que
nos ilumine y nos ayude a hacer oración.
Hoy el mensaje del evangelio es bastante
claro: somos cristianos en todo momento y eso implica vivir como tales. Sin
embargo, el mundo de hoy no lo pone nada fácil y en seguida podemos encontrar
muchas dificultades. Por eso hoy Jesús nos recuerda que tenemos que llevar
cuidado que nuestro corazón solo lo puede llenar Él y no el mundo. Al final yo
creo que podemos ver esto como una invitación a dejarle entrar, a vivir
intentando que cada vez nos parezcamos más y estemos más llenos de Él. Una
invitación que tenemos que aceptar y renovar día a día porque como decía al
principio somos cristianos en todo momento y con lo cual tenemos que buscar
parecernos a Jesús en todo momento.
Por otro lado, el evangelio deja un
detalle que a mí personalmente me ha sorprendido mucho. Concretamente me han
sorprendido las últimas palabras: “… manteneros en pie ante el Hijo del
hombre.” Mantenernos en pie ante el Hijo del hombre como María en la
Cruz. Se ve como María siempre es el mejor ejemplo de cómo hacer vida el
evangelio. Hoy que además en sábado día de la Virgen a una semana justo del día
de la Inmaculada os invito a reflexionar el Estar de María a los pies de
Jesús. Al final en ese camino de mantenernos cerca de Jesús en medio de
la vida, acaba apareciendo siempre María. Pidámosle que nos ayude, que nos
aconseje que enseñe. Que tengamos un rato intimo con ella para que imitándola
seamos capaces de vivir cada día como mejores cristianos.
Podemos terminar la oración quedándonos
mirando el sagrario, si se puede, simplemente disfrutando del regalo de Estar
cerca de Él y pidiéndole mantenernos siempre a su lado.