16 noviembre 2018. Viernes de la XXXII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Jesús nos hace una advertencia seria en este pasaje.
Si le observamos, está preocupado por nosotros.
En la vida no podemos estar perdiendo el tiempo. Comemos, bebemos, compramos, vendemos, andamos, hablamos, ¿pero con qué objetivo: agradar a Dios cumpliendo su voluntad o esquivando el fondo y la razón de nuestros compromisos?
Como dice un amigo nuestro: “Hay que hacer lo que hay que hacer, que no es poco, pero hay que hacerlo”.
¡¿A qué estamos esperando?! ¡Demos el paso ya, huyamos de esta mediocridad para buscar la excelencia hacia la santidad!
La hora de la llamada al Reino vendrá “como un ladrón en la noche”; no sabemos cuándo ni dónde.
Más claro no puede ser nuestro Padre.
Hablemos hoy con Él: ¿Qué es lo que no estoy haciendo de tu voluntad? Recuérdamelo, que me he olvidado a causa de mi debilidad.
“¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del Padre?”
“La fe es sencilla” titula José María Aveldaño su libro. Y esa fe hay que ponerla en práctica.
Llegará la hora del nuevo “diluvio” y, ¿aprobaremos “el examen del amor”?
“Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte”.
“Todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.
María, Madre dulce; guíame hacia Su voluntad, para darme cuenta a lo que estoy agarrado y no consigo desprenderme.

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