21 noviembre 2018. Miércoles de la XXXIII semana del T. O. – La Presentación de la Virgen – Puntos de oración


Celebramos hoy la Presentación de la Virgen en el templo, también llamada la dedicación de la Virgen pues fue el día que María, frente a Dios, decidió entregar toda su vida, incluida su virginidad, a Dios. María es presentada en el Templo de Jerusalén, según la costumbre judía, por sus padres; y María, en ese templo, signo de la gloria de Dios en medio de su pueblo, decide consagrar su vida por entero al Señor… ¡y cuánto le cundió esa entrega!
El Evangelio habla precisamente de esto, como el trabajo del hombre redunda en grandes frutos. Salvando las distancias, y sabiendo que ninguno de nosotros somos la Virgen María, también la entrega de nuestra vida, invertir las pocas monedas que nos ha dado el Señor (nuestra vida), invertidas en el “negocio del Cielo”, dan el doble… el Señor toma nuestra pobre vida y da mil frutos de santidad.
¿Cuál fue el pecado del siervo que no invirtió el dinero del Señor? El de desconfianza. Por tanto, ya nos está marcando una clave para alcanzar esos frutos de santidad: la confianza… ¡Claro! ¡La santidad depende de cuanto confiemos en el Señor! En el seguimiento del Señor NADIE PIERDE. ¡CRISTO NO QUITA NADA Y LO DA TODO! Que María nuestra Madre nos ayude a entregar nuestra vida, a gastarla donde estemos, en cualquier estado de vida que sea el nuestro… y si estamos discerniendo qué quiere Dios de nosotros… Señor, ¿dónde quieres que entregue mi vida? “No tengáis miedo, abrid las puertas de par en par a Cristo,”, total, “¿No está María aquí, que es nuestra madre?”

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