Para comenzar oración nos ponemos en la
presencia del señor y pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine en
este rato y sepamos escuchar lo que Dios nos quiere decir hoy.
Tras leer las lecturas de hoy, me
gustaría proponer tres ideas que me han sonado con fuerza.
En primer lugar, la primera lectura
comienza con la siguiente promesa: “voy a crear un nuevo cielo y una nueva
tierra.” Esta promesa refleja claramente el espíritu de la cuaresma y la Semana
Santa, crear un nuevo cielo y una tierra en nosotros en nuestra vida. Ante esta
promesa pueden surgir muchas preguntas: ¿Cómo será? ¿Estoy preparado? ¿Estoy
dispuesto? A cada uno le surgirán las suyas, simplemente cada uno que se deje
interpelar por esta promesa y que vea que nuevo cielo y nueva tierra quiere
crear el señor en su vida.
En segundo lugar, en el salmo la
antífona repite: “Te ensalzaré Señor porque me has librado.” Este verso resume
en gran medida cual debería ser una de nuestras actitudes como Hijos de Dios en
la oración y en el día a día. Ensalzar al Señor, alabarle y darse cuenta de las
cosas tan grandes que ha hecho por nosotros. ¿De qué nos ha librado el Señor
últimamente? Al final igual que los niños ven siempre a sus Padres como héroes
que hacen cosas increíbles pues así somos nosotros con Dios. Si de verdad nos
paramos y sabemos orar la vida en cada instante, estamos llenos de momentos y
detalles por los que ensalzar lo grande que es Dios con nosotros. Ahora
sencillamente encuéntralos y admira las grandezas que hacer el Señor en ti.
Por último, el evangelio presenta un
pasaje del evangelio bastante interesante. Jesús al principio parece que pone a
prueba al funcionario, pero finalmente el hijo se recupera. Si nos fijamos se
repite dos veces bastante seguidas la palabra “creyó” y es que creer, la Fe es
la clave de toda la vida cristiana por eso aparece hasta dos veces en el
pasaje. Tenemos que creer de verdad y de manera sincera. Para
conseguir esto no hay mejor escuela que la oración y mejor herramienta que
pedir la gracia al Espíritu Santo. Pero sobre todo ser conscientes de que
tenemos que cuidar y mantener nuestra Fe. Al fin y al cabo, luchar día a día
para que crezca un poquito más. En esta clave una buena jaculatoria para
repetir durante el día de hoy es: Jesús confío en ti, pero aumenta mi Fe.
Antes de acabar, recordar dedicarle un
ratito final a nuestra Madre, la que nunca falla. Simplemente contadle como os
ha ido la oración o lo que necesitéis, pero terminéis la oración ni el día sin
acordaros de la Virgen.