Vamos a preparar con más cariño, si
cabe, la oración del domingo. Por ello acudimos a pedir fuerza a la que es
Hija, Madre y Esposa del Espíritu Santo. A la que es templo de la Santísima
Trinidad, a la Virgen. En todo, modelo nuestro y también, en una idea que
destaco de las lecturas que se nos proponen; la importancia del silencio como
ayuda para ser moderados en las palabras. María dice palabras en el evangelio,
ciertamente, pero nos sorprenden sobre todo sus silencios, su saber estar: “María,
por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.
La primera lectura del Eclesiástico
refleja la importancia de la idea que comentamos: la palabra revela el
corazón de la persona, por tanto, no elogies a nadie antes de
oírlo hablar. Esta actitud de prudencia, tan acertada en nuestra vida
de relaciones, parece que tiene su “cara B” en el trato con el Señor. Así, se
nos propone en el Salmo, cuando dice: es bueno dar gracias al Señor y tocar
para tu nombre, oh Altísimo; proclamar por la mañana tu misericordia y de noche
tu fidelidad.
De la carta a los Corintios (2ª
lectura), tomamos el modelo de cómo es la palabra de Dios: viva y
eficaz y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón. Desde luego, casi nada que ver con
nuestras palabras, tantas veces huecas y aún a veces dañinas.
Por eso, Jesús, el Maestro, tomando el
símil de un árbol, nos propone dar buenos frutos. Y nos anima a atesorar
bondad en el corazón para que de él salga el bien. Fijémonos en
el paralelismo entre una frase de la primera lectura (así la palabra
revela el corazón de la persona) y la que nos dice el Señor (porque
de lo que rebosa el corazón habla la boca).
Santa María de la palabra oportuna y del silencio necesario, alcánzanos
gracia de tu Hijo para que sepamos atesorar bondad en nuestro corazón. Y, de
este modo, poder evitar las palabras ociosas, dando testimonio, para que otros
se animen a entrar dentro de sí.