23 marzo 2019. Sábado de la II semana de Cuaresma – Puntos de oración


“A Dios que concede el hablar y el escuchar le pido hablar de tal manera que el que escucha llegue a ser mejor y escuchar de tal manera que no caiga en la tristeza el que habla”
Es tan bonito rezar con unas lecturas así… Casi sobran las palabras. El riesgo con estas lecturas es acostumbrarnos a su mensaje: misericordia. Simplificar la misericordia.
Os invito a meditar en la misericordia como un camino de conversión (para eso meditamos en la misericordia en este tiempo de Cuaresma). La misericordia es esa capacidad de Dios para sacarnos del fango… pero nos saca del barro para disfrutar de esa preciosa vida fuera del charco, no para quedarnos mirando nuestra suciedad. Por eso, al hijo pródigo se le viste con un traje de gala. La clave de la misericordia está en el Padre. No experimentamos bien la misericordia si no es para vivir, a partir de ahí, con el Padre. 
¿Qué hacer en este rato de oración? Disfruta de la mirada silenciosa de Dios que te anima a seguir. Piensa de qué barros te ha sacado ya, piensa de qué pecados te está perdonando hoy… y desde ahí, pregúntate ¿qué ámbitos de mi vida todavía no celebran que vivo con Dios, que el Padre me acoge? Un rato para mantener una relación de amistad con aquel que sabemos que nos ama. No subrayes la suciedad de la que vienes, subraya la figura de ese Padre que te acoge. Si miras mucho tu vestido, dejarás de ver a Dios. Deja que Dios te vista y que solo para Él tengas ojos. SI te aburres, si te inquietas, da igual. Mírate y repite: “Gracias Señor por tu misericordia…”
Copio una canción cuya letra puedes ayudarnos a adentrarnos en este misterio.
Feliz oración.

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