6 marzo 2019. Miércoles de Ceniza – Puntos de oración

Nos ponemos en la presencia del Señor para hacer nuestro rato de oración. Hoy iniciamos un nuevo periodo de fuerte carga espiritual. Nos unimos a la Iglesia que nos anima a vivir esta Cuaresma.
La Iglesia se atreve hoy con un gesto de una fuerza impresionante: echa un poco de ceniza en la cabeza de los fieles a la vez que les repite: "conviértete y cree en el Evangelio"
La conversión es el gesto que la iglesia espera de sus fieles en esta nueva etapa. David es el mejor ejemplo que la biblia nos propone de conversión. David ha pecado mortalmente, se ha dejado llevar por una escalada de pecado. Primero ha buscado la mujer de uno de sus generales, Urías, y cuando descubre que ha quedado embarazada, manda matar a ese general en el frente de batalla para ocultar el hecho.
En un primer momento David no reacciona, pero cuando el profeta le hace ver el gran pecado cometido; David se da cuenta y comprende su falta. Primero entra en depresión pero pronto reacciona y se arrepiente; de su mano sale el salmo 50 que resume maravillosamente los sentimientos del arrepentimiento.
Hoy es un buen día para hacer un examen de conciencia y caer en la cuenta de la gravedad de nuestros pecados: "Conviértete y cree en el Evangelio". Después lee despacio el salmo 50.
3Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
4lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
5Pues yo reconozco mi culpa, 
tengo siempre presente mi pecado:
6contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
7Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
8Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
9Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
10Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
11Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
12Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
14Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
15enseñaré a los malvados tus caminos,
 los pecadores volverán a ti.
16Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
17Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
18Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
19Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.
20Señor, por tu bondad, favorece a Sion,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
21entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos.
Siente de cerca el perdón de Dios Padre y siente esa paternidad de una forma especial porque no solamente nos ha llamado hijos, sino que lo somos.
Termina este rato de oración con el rezo de un Avemaría a la Madre que esta tan contenta porque ha recuperado un hijo.

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