Para la oración de hoy, tras serenar el
corazón, ponernos en presencia del Omnipotente, e invocar al Espíritu Santo, os
brindo un texto del Papa Francisco para que nos ayude a meditar sobre el
Evangelio de hoy.
Meditación del Papa Francisco:
Sobre el Evangelio de hoy - Es
precisamente éste el mensaje más profundo: la alegría de Dios. Un Dios a quien
no le gusta perder. Y por ello, para no perder, sale de sí y va, busca. Es un
Dios que busca a todos aquellos que están lejos de Él.
Precisamente como el pastor [...] que va
a buscar a la oveja perdida y, aunque esté oscuro, deja a las demás ovejas en
un lugar seguro y va a buscar la que falta, va a buscarla.
Nuestro Dios, por lo tanto, es un Dios
que busca. Su trabajo es buscar: ir a buscar para volver a invitar.
En esencia, Dios no tolera perder a uno
de los suyos. Esta será también la oración de Jesús el Jueves santo:
"Padre, que no se pierda ninguno de
los que me has dado".
Es, por tanto, un Dios que camina para
buscarte y tiene una cierta debilidad de amor hacia aquellos que se han alejado
más, que se han perdido. Va y les busca. Y, ¿cómo busca? Busca hasta el final.
Como este pastor que va por la oscuridad buscando hasta que encuentra a la
oveja perdida...
Dios busca porque piensa: "A este
hijo no lo pierdo, ¡es mío! ¡No quiero perderlo!". Él es nuestro Padre.
Nos busca siempre.
Pero el trabajo de Dios no es sólo
buscar y encontrar. Porque cuando nos encuentra, cuando encuentra a la oveja,
no la deja a un lado ni pregunta: “¿Por qué te has perdido? ¿Por qué te has
caído?” Más bien la vuelve a llevar al sitio justo.
Podemos decir forzando la palabra que
Dios reacomoda: acomoda otra vez a la persona que ha buscado y encontrado; de
forma que, cuando el pastor la vuelve a llevar en medio de las demás, la oveja
perdida no tenga que escuchar tú estás perdida, sino: tú eres una de
nosotras...
Homilía en Santa Marta, 7 de noviembre
de 2013.