9 diciembre 2019. Lunes de la II semana de Adviento – Puntos de oración


Ayer, día de la Inmaculada, nos dejó muchas impresiones y meditaciones por hacer. Nos hemos comprometido con la Virgen María para ser de su Movimiento, para ser testimonio de su amor al mundo. Aquí tenemos un buen filón para nuestra oración de hoy: “ser ejemplares en el cumplimiento alegre del deber”, imitando a María, como “caballeros” o “damas” de la Señora.
Metidos, además, en este ambiente de adviento tenemos unas lecturas hoy muy bonitas. Podemos hacer, en un segundo momento de oración, una lectura lenta del texto de Isaías que es una preciosidad poética, sobre todo por su contenido. Es una profecía de salvación, y está dicha muy bellamente. Por eso, una buena forma de oración hoy sería irla repitiendo muy despacio, verso a verso, y dejarse inundar por la alegría de esa redención que llega a cada uno de nosotros. Y, por ejemplo, la última estrofa, aprenderla de memoria y estar todo el día con ella, disfrutando y viviendo de su contenido:
Llegarán a Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
En la misma línea va el salmo, que es otro canto a la alegría y al agradecimiento por el tiempo de redención que se avecina. ¿Qué me decís de la primera estrofa?
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
Y, todavía, como tercer momento de la oración o como tercera forma a elegir de orar, está la contemplación del texto del evangelio, tan gracioso como inspirado. Desde luego el vídeo de lo que pasó aquel día es para hacerse viral. Una casa (sinagoga) llena de gente, pero llena, llena. Unos hombres que intentan acercar a un paralítico en camilla, pero no pueden. Una idea luminosa de alguno de ellos: “por el tejado”. Y como la película Misión Imposible, descuelgan al paralítico a ponerlo delante de Jesús. ¿Os imagináis la cara de los que allí estaban apretujados viendo bajar la camilla y el paralítico? ¿Se caerá? ¿Caerá encima de Jesús o de los fariseos?... Y luego el buen humor de Jesús: - Te perdono tus pecados. - Hombre, Jesús, ya que estás ¿no podrías hacer algo más con mi parálisis? - Sí, claro, también te la curo.
Es que cuando uno se siente perdonado de sus pecados corre como un gamo por los montes del Señor. Es la enseñanza. A rezarlo.

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