Ayer, día de
la Inmaculada, nos dejó muchas impresiones y meditaciones por hacer. Nos hemos
comprometido con la Virgen María para ser de su Movimiento, para ser testimonio
de su amor al mundo. Aquí tenemos un buen filón para nuestra oración de hoy:
“ser ejemplares en el cumplimiento alegre del deber”, imitando a María, como
“caballeros” o “damas” de la Señora.
Metidos,
además, en este ambiente de adviento tenemos unas lecturas hoy muy bonitas.
Podemos hacer, en un segundo momento de oración, una lectura lenta del texto de
Isaías que es una preciosidad poética, sobre todo por su contenido. Es una
profecía de salvación, y está dicha muy bellamente. Por eso, una buena forma de
oración hoy sería irla repitiendo muy despacio, verso a verso, y dejarse
inundar por la alegría de esa redención que llega a cada uno de nosotros. Y,
por ejemplo, la última estrofa, aprenderla de memoria y estar todo el día con
ella, disfrutando y viviendo de su contenido:
Llegarán a
Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
En la misma
línea va el salmo, que es otro canto a la alegría y al agradecimiento por el
tiempo de redención que se avecina. ¿Qué me decís de la primera estrofa?
«Dios anuncia
la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
Y, todavía,
como tercer momento de la oración o como tercera forma a elegir de orar, está
la contemplación del texto del evangelio, tan gracioso como inspirado. Desde
luego el vídeo de lo que pasó aquel día es para hacerse viral. Una casa
(sinagoga) llena de gente, pero llena, llena. Unos hombres que intentan acercar
a un paralítico en camilla, pero no pueden. Una idea luminosa de alguno de
ellos: “por el tejado”. Y como la película Misión Imposible,
descuelgan al paralítico a ponerlo delante de Jesús. ¿Os imagináis la cara de
los que allí estaban apretujados viendo bajar la camilla y el paralítico? ¿Se
caerá? ¿Caerá encima de Jesús o de los fariseos?... Y luego el buen humor de
Jesús: - Te perdono tus pecados. - Hombre, Jesús, ya que estás ¿no podrías
hacer algo más con mi parálisis? - Sí, claro, también te la curo.
Es que cuando
uno se siente perdonado de sus pecados corre como un gamo por los montes del
Señor. Es la enseñanza. A rezarlo.