Para comenzar nuestra oración nos
ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que
nos ilumine y nos ayude a seguir creciendo en esta relación de amistad que es
la oración.
Hoy martes de la primera semana de
adviento os propongo dos ideas para el rato de oración, que se pueden extraer
del evangelio de hoy.
La primera, es la figura de Dios padre.
El evangelio nos presenta cómo Jesús describe algunos rasgos de la figura del
Padre. Dios Padre recibe palabras de agradecimiento de su Hijo, que lo conoce
mejor que nadie. Y un Dios padre, que se muestra a su manera, a los pequeños.
Este nuestro Dios Padre, aunque a veces tengamos otras imágenes de Él. Un Padre
agradecido y cercano, que busca y cuida a los pequeños. En este rato revisa tú
imagen de Dios padre, en tu vida. ¿Lo veo realmente como un padre? ¿Tengo
confianza de hijo con Él para agradecerle o para pedirle de corazón?
La segunda, es la fortuna que tenemos de
vivir un adviento más. En el evangelio Jesús exclama: “¡Bienaventurados
los ojos que ven lo que vosotros veis!” En esta etapa del adviento,
nos estamos preparando para celebrar el nacimiento de Jesús, para ver, con los
ojos de la fe, el misterio de la Navidad. Jesús, nos recuerda el gran regalo y
privilegio que tenemos ante nosotros y que por tanto debemos cuidar y preparar
bien estas semanas que tenemos por delante. Lo más importante es ver que
Jesús quiere venir a mi vida el día de Navidad, porque hay mucha gente que no
lo ve. ¿Estoy preparado y me siento afortunado de tener la
oportunidad de prepararme y vivir realmente la Navidad? ¿Pido y pienso en
tantos, cercanos, que no ven este tesoro que tienen delante?
Y para terminar este momento de oración, os invito como siempre ha compartir unos minutos finales de coloquio con nuestra madre la Virgen. Simplemente compartir con ella cómo ha ido la oración de manera natural y sencilla, en estos días de preparación y espera para la Navidad.