Podemos empezar en la presencia de este
Rey: ¡A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!¡Rey del universo
en quien Dios Padre ha querido recapitular todas las cosas, que toda la
creación, liberada de la esclavitud, te sirva y te glorifique!
Dice el Cardenal Van Thuan en su libro
“Cinco panes y dos peces” de meditaciones a los jóvenes con motivo de la
Jornada XII de la JMJ que él en la cárcel donde pasó 15 años y períodos en una
celda sin luz ni agua ni ventilación que para hacer oración se servía de frases
cortas que repetía reflexionándolas en su corazón, le ayudaban a pasar crisis y
momentos de dudas de desesperación que estas frases cortas eran la mejor
medicina para a su alma y las repetía. Las frases que hemos puesto al comienzo
y otras que nos llevan a la solemnidad que hoy celebramos junto con el ejemplo
de Van Thuan de mártir preso en Vietnam un país comunista, nos ponen en marcha
para la oración, que es muy importante preparar bien el comienzo con grande
ánimo y liberalidad.
Unos
magos venidos de Oriente vienen a adorarle
El
rey Herodes también: “¿Eres el rey de los judíos? Yo soy rey…
INRI
En la cruz está puesto: “Jesús Nazareno Rey de los judíos”
“Venga
a nosotros tu reino”
Se
sentará en su trono de gloria y ante Él se reunirán todas las naciones y dirá:
“Venid,
benditos de mi Padre porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed…
Dirá a los de su izquierda: Apartaos de
mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Vemos en estas notas como se manifiesta
Jesús en el juicio final: unos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna.
Él que ha cuidado de su rebaño y nos ha sacado de las tinieblas del pecado, eso
es el bautismo donde empezamos a ser reyes con el Rey que como dice san Pablo
en la 2ª lectura: Jesús tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos
bajo sus pies; el último enemigo será la muerte.
Jesús
vencedor de la muerte
El
que viene en el nombre de Dios
Que
consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a nuestro Señor Jesucristo
En
el altar de la cruz donde consuma la redención humana.
Pero este reino es muy distinto a los
reinos del mundo, es:
Un
reino eterno y universal
Reino
de vida y verdad
De
santidad y de gracia
De
justicia, de amor y de paz.
Creo Jesús que eres rey al que me
presento en mi oración y le ofrezco todo mi ser y le entrego toda mi libertad,
memoria y voluntad, como san Ignacio,” todo mi ser y mi poseer, todo es
vuestro, dadme vuestro amor y gracia, que esto me basta”.
Acabar con un coloquio con la reina del
Rey, que te dé a conocerle, amarle, servirle, vivirle, estar en su presencia de
rey tan bueno que me ha dado a su Madre para que no me quede ninguna duda de
amor que me tiene.
Y después con otro coloquio ante él clavado en cruz y entrégate a servirle en esta vida para participar de la eterna: así entendemos un poco las palabras finales de muchos mártires perdonando a sus verdugos: “Yo os perdono”. ¡Viva Cristo Rey! Amén. Así sea.