22 noviembre 2020, domingo XXXIV del Tiempo Ordinario – Solemnidad de Cristo Rey (Ciclo A) – Puntos de oración

Podemos empezar en la presencia de este Rey: ¡A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!¡Rey del universo en quien Dios Padre ha querido recapitular todas las cosas, que toda la creación, liberada de la esclavitud, te sirva y te glorifique!

Dice el Cardenal Van Thuan en su libro “Cinco panes y dos peces” de meditaciones a los jóvenes con motivo de la Jornada XII de la JMJ que él en la cárcel donde pasó 15 años y períodos en una celda sin luz ni agua ni ventilación que para hacer oración se servía de frases cortas que repetía reflexionándolas en su corazón, le ayudaban a pasar crisis y momentos de dudas de desesperación que estas frases cortas eran la mejor medicina para a su alma y las repetía. Las frases que hemos puesto al comienzo y otras que nos llevan a la solemnidad que hoy celebramos junto con el ejemplo de Van Thuan de mártir preso en Vietnam un país comunista, nos ponen en marcha para la oración, que es muy importante preparar bien el comienzo con grande ánimo y liberalidad.

Unos magos venidos de Oriente vienen a adorarle

El rey Herodes también: “¿Eres el rey de los judíos? Yo soy rey…

INRI En la cruz está puesto: “Jesús Nazareno Rey de los judíos”

“Venga a nosotros tu reino”

Se sentará en su trono de gloria y ante Él se reunirán todas las naciones y dirá:

“Venid, benditos de mi Padre porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed…

Dirá a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Vemos en estas notas como se manifiesta Jesús en el juicio final: unos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna. Él que ha cuidado de su rebaño y nos ha sacado de las tinieblas del pecado, eso es el bautismo donde empezamos a ser reyes con el Rey que como dice san Pablo en la 2ª lectura: Jesús tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies; el último enemigo será la muerte.

Jesús vencedor de la muerte

El que viene en el nombre de Dios

Que consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a nuestro Señor Jesucristo

En el altar de la cruz donde consuma la redención humana.

Pero este reino es muy distinto a los reinos del mundo, es:

Un reino eterno y universal

Reino de vida y verdad

De santidad y de gracia

De justicia, de amor y de paz.

Creo Jesús que eres rey al que me presento en mi oración y le ofrezco todo mi ser y le entrego toda mi libertad, memoria y voluntad, como san Ignacio,” todo mi ser y mi poseer, todo es vuestro, dadme vuestro amor y gracia, que esto me basta”.

Acabar con un coloquio con la reina del Rey, que te dé a conocerle, amarle, servirle, vivirle, estar en su presencia de rey tan bueno que me ha dado a su Madre para que no me quede ninguna duda de amor que me tiene.

Y después con otro coloquio ante él clavado en cruz y entrégate a servirle en esta vida para participar de la eterna: así entendemos un poco las palabras finales de muchos mártires perdonando a sus verdugos: “Yo os perdono”. ¡Viva Cristo Rey! Amén. Así sea.

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