Hoy es un día especial, pues los sacerdotes podemos celebrar tres veces la S. Misa. Una de ellas ofrecida por todos los fieles difuntos en general..., otra por las intenciones del Romano Pontífice..., y la tercera libre en la intención….
Esto significa que, a diferencia de
otros días del año, las S. Misas se triplicaran en el mundo católico… Así que
os podéis imaginar que es uno de los días más preciosos del año litúrgico… No
solo por el bien que se puede hacer, sino por la Gloria que se le puede dar a
Dios…
Por lo tanto, hagamos un esfuerzo por
participar, al menos virtualmente..., en alguna de estas Eucaristías, dada la
situación de pandemia que todavía estamos sufriendo…
Si nos fijamos en el Evangelio que
acabamos de leer, vemos que las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes a
primerísimas horas del día… ¡No sé que tiene el amor a Jesucristo, que motiva y
anima a superar toda limitación o pobreza cuando se trata de mostrarlo...! Hoy
nos podíamos pregunta como andamos en nuestra presteza..., a la hora de
glorificar a Dios en nuestras vidas…
Aquellas mujeres superaron no solo el
miedo o la limitación, ante lo que se podían encontrar al llegar al sepulcro…
¡Cómo mover la piedra…! ¡Qué dirían los guardias allí apostados…! Sino que a
cada paso que daban se encendían en grandes deseos..., ante el encuentro de
nuevo con el cuerpo del Señor…
¡Nosotros vamos todos los días al
Sagrario, que no es un sepulcro..., y nos encontramos con el Señor..., que no
está muerto… sino vivo, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad…!
¿Cómo es nuestra actitud orante…?
¿Qué postura tomamos en esos
momentos...?
¿Qué decimos al Señor nada más entrar en
su presencia...?
Hoy creo que podemos examinarnos de todo
ello, para intentar mejorar, entusiasmarnos, o cambiar de actitud, si la que
tenemos no es correcta, o no corresponde al momento y la situación que
atravesamos….
Mis queridos hermanos, pensad que al
final de la vida se nos examinará en el amor..., y una forma de aumentar el
amor en nosotros, es por la contemplación de los misterios de Cristo en nuestra
oración diaria….
Que no se nos diga que no hemos amado
suficientemente..., que no hemos dado lo mejor de nosotros mismos..., o que nos
hemos quedado cortos en el trato y la vivencia cristiana….
Aprendamos de estas mujeres, que superando toda limitación se lanzaron a la aventura, con tal de terminar de embalsamar el Cuerpo del Señor… Nosotros en la oración también lo tenemos presente..., estemos o no podamos estar frente a un Sagrario… ¡Que no se diga que no hemos amado lo suficiente...