17 febrero 2022, jueves de la 6ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Invocamos al Espíritu Santo, que habita en nosotros, que nos acompaña siempre, que nos envuelve con sus insinuaciones para que obremos siempre la verdad. Le pedimos que nos enseñe a orar, que nos haga orar. Que nos dé el fuego de oración y amor que concedió a Abelardo de Armas (laico comprometido), en este día que le recordamos en su cumpleaños.

Y nos adentramos en el pasaje del Evangelio de hoy. “¿Quién decís vosotros que soy yo?” ¿Quién dices tú que es el Señor? ¿Qué respuesta brota de tu corazón? Hoy la Palabra de Dios nos pone esta pregunta en nuestro corazón. Es el quicio del Evangelio de san Marcos. Jesús plantea la pregunta por su identidad, de la que ha ido mostrando sus signos y que san Marcos revelará completamente en la Pasión del Señor: “Verdaderamente este era Hijo de Dios”. 

La pregunta de Jesús no es una pregunta en el vacío. Llega tras la realización de muchos milagros, de las multiplicaciones de los panes y de los peces, tras sus discursos en los que presenta su enseñanza con autoridad. El Señor ha hablado a través de sus obras. ¿Qué has entendido tú? ¿Le has descubierto en ellas? Esas obras no solo están recogidas en los evangelios de los días previos, sino que también están en tu vida. ¿Qué obras ha hecho el Señor en ella? ¿Cuáles son las acciones, sus palabras poderosas, sus milagros hechos en ti? Recuerda. La fe es memoria. Dios no se te va a aparecer, aunque a veces lo desearíamos. Pero se te ha insinuado una y mil veces. ¿Ha calado eso en tu corazón? ¿Brota tu “Eres el Mesías” de dentro de tu alma? Aunque sea en sequedad. 

Jesús te hace la pregunta “¿Quién decís vosotros que soy yo?” mirándote a los ojos. Casi puede reconvertirse en ¿cómo está lo tuyo conmigo? ¿Cómo estás vosotros conmigo? ¡Qué bella invitación a que Él sea nuestro todo! A que Él sea la tienda del encuentro con el Padre, a quien Él espera, ardientemente, llevarnos.

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