24 febrero 2022, jueves de la 7ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

La idea principal sobre la que te invito a orar hoy es la pobreza de espíritu. Lo repetimos en el salmo: “bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”. La pobreza de espíritu evoca la profunda humildad, a imitación de Cristo. El rico que acumula riquezas y cree que con ellas tendrá la vida resuelta, se verá arrastrado por las mismas a la “gehenna”. Porque esas riquezas le arrebatan su libertad (la de los hijos de Dios) y le esclavizan, llevándole a la infelicidad, porque nada le deja saciado. En cambio, el humilde y pobre en el espíritu no acumula riquezas y es libre. Y si consigue riquezas, las reparte porque su vida no está enfocada en sí mismo sino en el amor y la misericordia con el hermano. Por eso, bienaventurados, ¡felices!, los sencillos, humildes y pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Reflexiona y medita en la presencia del Señor, ¿cómo estoy yo en cuanto a mi humildad y mi pobreza espiritual? ¿Dónde pongo el foco en mi vida? ¿De mi mismo (acumulo riquezas para mi) o en los demás (siendo sal para los que me rodean)?

Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. Ella es la intercesora del hombre y nos conduce a lo que Dios quiere.

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