Qué importante es el orden de las preguntas. A veces no encontramos
solución a los problemas porque no hacemos una pregunta adecuada que nos
permita dar con una respuesta satisfactoria. Y esto, se comprende bien a la luz
del evangelio de hoy, en el que Jesús hace dos preguntas a sus discípulos.
Con poca perspectiva podríamos quedarnos en la primera, que nos lleva al
comodísimo lugar en que la teoría, la reflexión vacía y las excusas nos impiden
actuar. Empezar a pensar quién es Jesús para la gente. Y en base a opiniones,
datos demoscópicos y encuestas planteamos la manera de abordar la
evangelización de este mundo en base a sus propios parámetros, como si fuésemos
comerciales que venden aspiradoras puerta por puerta con una estrategia
perfiladísima.
Pero no. La pregunta realmente importante es ¿quién es Jesús para mí? Porque si es el centro de mi vida lo transmitiré casi sin querer, lo contagiaré, tendré ganas de hablar de él y de su amor. Pidamos hoy a Jesús que nos robe el corazón, que nos conquiste, que nos enamore de verdad.