19 octubre 2011. Miércoles de la XXIX semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

TIEMPO DE UNA ESPERA ACTIVA Y VIGILANTE

El Evangelio de este día nos indica el camino para adentrarnos en la oración, pues une petición y vigilancia.

Precisamente cuando oramos es cuando se aviva en nosotros esta actitud del cristiano: LA VIGILANCIA.

¿Por qué tenemos que vigilar permanentemente en nuestras vidas?

Los motivos para hacerlo nos pueden servir en este día para guiar nuestra oración:

  1. El primer motivo nos lo indica el Señor, pues nos dice que a la hora que menos pensemos se puede colar el ladrón y robar en nuestra casa, en nuestra alma.
  2. También tenemos que estar vigilantes porque estamos hechos de una naturaleza frágil y nos cuesta responder adecuadamente a cada situación que se presenta en la vida.
  3. Tenemos nuestros defectos dominantes que nos juegan malas pasadas y nos impiden dejar fluir a la gracia en nuestras vidas, a la vez que también hacemos sufrir a los que viven a nuestro lado. Atentos a ellos podemos salir al paso y tenerlos controlados
  4. Por otra parte, Dios está siempre mandándonos signos de su amor y gracias actuales que nos ayudan a vivir según su voluntad. Cuando estamos distraídos, o sea, no vigilantes, pueden pasar sin que nos percatemos del bien que ese nos brinda.
  5. Cuando un corazón está atento y en vela capta con mucha más facilidad las necesidades de los que nos rodean y podemos ejercer la virtud de la caridad con más facilidad.

Si estos cinco puntos los rumiamos al calor de la oración, nuestra vida experimentará un crecimiento interior muy notable.

No estemos ociosos y, mucho menos, dormidos esperando al Señor que tarda, pues esta actitud nos llevaría a actuar como nos dice el Evangelio de este día, mirando solamente a las cosas de aquí abajo: comer, beber, pegando a los criados y a las muchachas.

Que la Virgen nos estimule a la vigilancia activa y a la espera anhelante.

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