7 octubre 2011, viernes de la XXVII semana de T.O. – N. Sra. del Rosario – Puntos de oración

  • La lectura de hoy habla de oración y penitencia. En un mundo tan materialista cómo nos cuesta ver la mano de Dios en todo.
  • Estaba yo el domingo pasado tomando un aperitivo con unos amigos y, en confianza, el camarero decía: – Pues yo la verdad que creo que Dios no existe. Yo le digo: – Pues yo he estado hablando con Él esta mañana. Y la verdad que había estado haciendo el rato de oración y había participado en la misa y había rezado por amigos. Por la tarde hablando con otro Señor del pueblo me comentaba lo contento que estaba con su hijo. Me dice: – Estoy muy contento; me ha felicitado el profesor porque ha sido el único que ha sacado buena nota en la asignatura que le ha quedado en septiembre. Me lo decía con una gran alegría. – Pero mira lo he tenido trabajando conmigo durante dos meses este verano. Y se ha dado cuenta lo duro que es. Ahora me ha dicho que quiere estudiar para ayudarme en mi trabajo. Luego me decía este padre que el domingo solía salir por las mañana con la bici con un grupo de amigos. Luego se reunían y lo pasaban bien. Le dije lo bueno que era y las cosas en que Dios le ayuda – ¿Cómo no intentas sacar los domingos un rato para participar en la misa y darle gracias a Dios por todo lo que da? Así experimentarás lo que dice el Papa. “Que Dios no quita nada y lo da todo”. – Pues la verdad que voy algunas veces pero, sinceramente, podía ir más. – Con todo lo que trabajas en la semana, que este día sea de descanso y para tomar fuerza para la semana. Me lo agradeció. – ¡Qué razón tienes!
  • El Señor juzgará el orbe con justicia.
  • ¿Cómo amamos al Señor?
  • En el evangelio nos habla del poder del demonio. Y nos hace ver la fuerza del diablo.
  • Por ello en el rato de oración debemos pedir luz y fuerza para asustar a los espíritus.
  • ¿Cómo nos asusta en las cosas de la vida? ¿Qué pasaría si nos fiarnos de Dios? Aquello de que cuanto más tentado más amado. No han experimentado eso los santos.
  • Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
  • Santa María del Rosario es también Santa María de las Victorias. Con Santa María de la Victoria –decía el tripulante– nada es imposible. Sin Ella, todo se malogra. Por eso la Santa Madre de Dios es también Reina y Estrella también de todas las odiseas que Ella ha desencadenado en la tierra para salvar almas y ganar batallas a Dios.
  • Termina nuestra campaña de la Visitación. Haz un repaso. ¿Te ha ayudado a vivir más cerca de Jesús?
  • Renueva cada día el Rosario. Dalo a conocer. Le decía a un Señor jubilado que paseaba mucho y me decía que rezara por él por un problema. Le dije: – En tus paseos reza el Rosario. Le regalé uno de dedo.
    El nombre de María es la alegría para el corazón, miel para los labios y la melodía para el oído de sus devotos. San Antonio de Padua.
  • Mira a ver si, después de terminar tu oración, sientes esto.

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