11 septiembre 2015 Viernes de la XXIII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

De la carta de san Pablo a Timoteo escogemos esta frase para nuestra oración:
“Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio.”
En este texto tan rico san Pablo da gracias porque Jesús le hizo capaz, se fio y le confió una misión.
Que oración tan bonita dar gracias por los dones que Dios nos ha dado. A nosotros también nos ha hecho capaces para la misión que nos da en la vida. Se ha fiado de nosotros una y otra vez a pesar de nuestras miserias continuas. Nos ha confiado una misión tan grande que no nos queda otro camino que pedir fuerzas a Dios. Nosotros no podemos solos. Con Él todo lo podemos.
“Bendeciré al Señor, que me aconseja, 
hasta de noche me instruye internamente. 
Tengo siempre presente al Señor, 
con él a mi derecha no vacilaré.”

Hay que bendecir al Señor y tenerle siempre presente. Él nos aconseja y nos instruye internamente. Para no vacilar en nuestras decisiones salvadoras le necesitamos tener presente a todas horas. Tenemos que dejar aconsejarnos e instruirnos por Él.
La escucha en silencio es lo que mantiene nuestro oído atento. Cuanto ruido oímos durante todo el día. Necesitamos un rato de oración diaria que permita abrir nuestro corazón a Dios. Si Dios nos está a mi derecha me pierdo en el sendero de la vida, me salgo fácilmente de su voluntad y doy tumbos fuera del camino.
“Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.”
Si andamos centrados en Dios porque cuidamos dedicarle tiempo a Él nuestra vida será un bastón que sostendrá a otros que vacilan en su camino. Veremos claro y de la mano llevaremos a los que nos rodean a Dios. Seremos faros que iluminan multitud de oscuridades.

Por lo tanto demos gracias a Dios y bendigámosle. Sigamos el sendero de los justos. Llevemos el Mensaje a cada corazón que nos acompaña en el día a día.

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