Lectura de la profecía de Daniel (7,
9-10. 13-14)
Durante la visión, vi que colocaban
unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su
cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas,
llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le
servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los
libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo
como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le
dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo
respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Salmo responsorial (Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8)
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre: por tu
misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de
la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
Lectura del santo evangelio según san Juan (1, 47-51)
En aquel tiempo, vio Jesús que se
acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien
no hay engaño. » Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le
responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la
higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres
el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de
la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro:
veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del
hombre.»