7 septiembre 2015. Lunes de la XXIII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Jesús cuando cura en sábado nos indica que llega un tiempo nuevo, una época nueva, inaugurada por Él. Él es la nueva ley, el nuevo modelo de referencia. Con Él todo se renueva y cobra sentido. Por eso cuando cura, cuando nos cura nos renueva totalmente. Esta sería si queréis la primera idea que me suscita el evangelio y que os quiero proponer para la oración y para este comienzo de curso. Renovarnos, despertarnos, ilusionarnos en este principio de curso. Pon en forma el espíritu y el cuerpo.
La oración tiene un carácter curativo, reparador, renovador. Señor renuévame por dentro, repara mis fuerzas, cura mis heridas. Lo malo es que estamos tan aturdidos, atolondrados que no nos damos cuenta de esa necesidad. Si tuviéramos una enfermedad física, como el paralítico, iríamos directos a pedir al Señor que nos curara. Sin embargo cuando estoy acomodado en mi bienestar, me siento con fuerzas físicas, el cuidado del alma queda un poco descuidado y es de vital importancia que también este en buena forma. El alma a principio de curso debe ponerse en forma, debe ejercitarse y estirarse espiritualmente.
La segunda idea nos la indica San Pablo: dar a conocer a todos el misterio de Dios, que este año podía ser que conozcan que es misericordioso. Que sea a través del amor mutuo y del animar a los demás.
Podría ser también parte de nuestro programa anual. Manifestar con hechos, más que con palabras la misericordia del Señor. Ahí uno puede mañana detenerse en la oración. ¿Qué obras de misericordia puedo hacer hoy en mi lugar de trabajo o en mi familia? Así que pon el cuerpo en acción, es hora de actuar.

Y por último transmitir alegría y ánimo. Ser apóstoles de la alegría. Este año cambia de cara, píntate una sonrisa.

Archivo del blog