Querido amigo:
Permíteme un breve saludo por el nuevo año 2016. Acabo de
participar como todos los años en 8 días de Ejercicios Espirituales y quiero
compartirte este gran regalo de zambullirme de nuevo en la oración –auténtico
clima de estos días de silencio y soledad y de tanta comunicación viva con
Jesús. El reto, el desafío, viene justo en las 51 semanas restantes. Para eso
está la oración del militante.
A mí me ha ayudado mucho, el examen de cada oración. De
modo concreto se nos sugirió escribir una carta a Jesús. Te comparto la
motivada por la contemplación de la resurrección de Lázaro (Jn 11): Querido Jesús: Mil gracias por
ofrecérteme como RESURRECCIÓN Y VIDA. La verdad es que si Tú no fueras Cristo
sería una fantasmada, una fatua pretensión; de hecho, nadie en la historia,
salvo un loco, se atrevería a pronunciarla. Gracias, mi Jesús, por tal gesto
con Lázaro, tu amigo y con todos los lázaros, conmigo. Nos has mostrado que
eres fuente de vida, gozo, misericordia. Que ponga toda mi vida a tu servicio.
Además, me has dado la señal que estaba buscando; Tú te presentas como el
Enviado, el Testigo del Padre y lo único que pides es creer. Creo, Señor, pero
aumenta mi fe, y que sea vida, acción coherente, contemplativa. Ayúdame, Madre
mía.
PUNTOS DEL DÍA:
1. Los filisteos libraron batalla. Israel fue derrotado y
cada uno huyó a sus campamentos. La derrota fue muy grande, y cayeron entre los
israelitas treinta mil hombres de a pie. El Arca del Señor fue capturada (1 Sam
4,1-11).
¡Qué humillación para Israel! Pero también de las caídas,
de las bajadas, el Señor saca lecciones para que aprenda.
2. Ahora, en cambio, nos rechazas y humillas y no sales al
frente de nuestras tropas (Sal 44,10).
Perdón, Señor, ahora toca abajarse, anonadarse…porque el
que se humilla será ensalzado…
3. Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo
de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme". Jesús,
conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda
purificado". En seguida la lepra desapareció y quedó purificado (Mc
1,40-45).
Magnífica respuesta de Jesús, evangelio vivo del Padre.
Yo, como el pueblo de Israel, soy el leproso pecador, que humillado, casi
avergonzado (con roche, dicen en Perú), se acerca suplicando a Jesús…”Si,
quieres”; al instante, lo que era putrefacto se llenó de vida, lo que estaba
muerto resucitó.
Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas
Misioneras de la Caridad, Carta a sus colaboradoras del 10/04/1974: "Conmovido, Jesús extendió la
mano y lo tocó"
Los pobres tienen sed de agua, pero también de paz, de
verdad y de justicia. Los pobres están desnudos y necesitan vestidos, pero
también dignidad humana y compasión por los pecadores. Los pobres no tienen
hogar y necesitan un refugio hecho ladrillos, pero también un corazón alegre, compasivo
y lleno de amor. Están enfermos y necesitan atención médica, pero también una
mano caritativa y una sonrisa acogedora.
Los excluidos, los que son rechazados, aquellos que no son
amados, los presos, los alcohólicos, los moribundos, los que están solos y
abandonados, los marginados, los intocables y los leprosos..., los que
viven en la duda y la confusión, los que no han sido tocados por la luz del
Cristo, los hambrientos de la palabra y de la paz de Dios, las almas tristes y
afligidas..., los que son una carga para la sociedad, que han perdido toda
esperanza y fe en la vida, los que olvidaron cómo sonreír y los que no saben lo
que es recibir un poco de calor humano, un gesto de amor y de amistad - todos
ellos, se vuelven hacia nosotros para recibir un poco de consuelo. Si les damos
la espalda, damos la espalda a Cristo.