28 enero 2016. Jueves de la primera semana de T.O. – Santo Tomás de Aquino – Puntos de oración

La fiesta de santo Tomás de Aquino, tiene mucho que ver con el texto del evangelio de hoy: la luz se trae para ponerla en el candelero y alumbrar a todo el mundo. Tomás de Aquino es una de la luces más luminosas de la Iglesia. Él supo conjugar de manera extraordinaria la fe y la razón. Este santo nos ha proporcionado las bases más sólidas a nuestra fe; pero también nos ha enseñado que el Amor de Dios está por encima de toda sabiduría: al final de su vida afirmaba que todos los grandes descubrimientos que había hecho no eran nada comparado con descubrir el amor que Dios nos tiene.
Pero hoy quiero detenerme especialmente en el último párrafo del salmo que hemos rezado:
Porque el Señor ha elegido a Sion, ha deseado vivir en ella: “Esta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo”
Ten la seguridad de que Dios te ha elegido de una forma especial, ha elegido tu alma para vivir en ella, ha elegido tu vida para hacerse presente, en definitiva te ha elegido a ti de una forma singular.
Pero ¿qué ha visto el Señor para elegirme a mí? No ha visto a la persona más lista, más guapa, tampoco se ha fijado en tu posición económica ni en las influencias de tu familia. Se ha fijado en tu alma y ha deseado vivir en ella. Esto sí que te convierte en la persona más importante del mundo, pero ten la seguridad que es por el que llevas dentro. Incluso Jesús no ha querido vivir en mí: ha deseado vivir en mí.
Tu rato de oración no puede ser distraído y sin tocar a Dios. Él ha deseado este momento, lleva toda la noche esperándote; por ello ábrete a su amor, ábrete a su misericordia. Jesús busca con locura almas en las que derramar su misericordia: ofrécete con ganas a ser ese objeto de la misericordia divina. Que no te quepa duda que en este año que el Papa Francisco ha querido convocar sobre la misericordia, nace del deseo enorme que tiene Dios de derramar su misericordia en el mundo.

Para terminar vuélvete a la Virgen y llámala “reina y madre de misericordia”. Tú que supiste llevar a Jesús en tu seno durante nueve meses, enséñame a llevarlo siempre; Él me ha elegido y ha deseado enormemente estar conmigo.

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