La fiesta de santo Tomás de Aquino, tiene
mucho que ver con el texto del evangelio de hoy: la luz se trae para ponerla en
el candelero y alumbrar a todo el mundo. Tomás de Aquino es una de la luces más
luminosas de la Iglesia. Él supo conjugar de manera extraordinaria la fe y la
razón. Este santo nos ha proporcionado las bases más sólidas a nuestra fe; pero
también nos ha enseñado que el Amor de Dios está por encima de toda sabiduría:
al final de su vida afirmaba que todos los grandes descubrimientos que había
hecho no eran nada comparado con descubrir el amor que Dios nos tiene.
Pero hoy quiero detenerme
especialmente en el último párrafo del salmo que hemos rezado:
Porque el Señor ha elegido a Sion, ha deseado vivir en ella: “Esta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo”
Ten la seguridad de que Dios te ha
elegido de una forma especial, ha elegido tu alma para vivir en ella, ha
elegido tu vida para hacerse presente, en definitiva te ha elegido a ti de una
forma singular.
Pero ¿qué ha visto el Señor para
elegirme a mí? No ha visto a la persona más lista, más guapa, tampoco se ha
fijado en tu posición económica ni en las influencias de tu familia. Se ha
fijado en tu alma y ha deseado vivir en ella. Esto sí que te convierte en la
persona más importante del mundo, pero ten la seguridad que es por el que
llevas dentro. Incluso Jesús no ha querido vivir en mí: ha deseado vivir en mí.
Tu rato de oración no puede ser
distraído y sin tocar a Dios. Él ha deseado este momento, lleva toda la noche
esperándote; por ello ábrete a su amor, ábrete a su misericordia. Jesús busca
con locura almas en las que derramar su misericordia: ofrécete con ganas a ser
ese objeto de la misericordia divina. Que no te quepa duda que en este año que
el Papa Francisco ha querido convocar sobre la misericordia, nace del deseo
enorme que tiene Dios de derramar su misericordia en el mundo.
Para terminar vuélvete a la Virgen y
llámala “reina y madre de misericordia”. Tú que supiste llevar a Jesús en tu
seno durante nueve meses, enséñame a llevarlo siempre; Él me ha elegido y ha
deseado enormemente estar conmigo.