Los
Evangelios de estos días van a ser como un pequeño condensado o resumen de todo
el Evangelio. Este niño que acaba de nacer tiene prisa por dejarnos claro que
tiene algo importante que decirnos. La buena nueva del Evangelio está ahí y es
la mejor noticia que podemos escuchar en este comienzo de año. Está cerca el reino de los cielos. El
reino ya ha tomado posesión en la Tierra.
Su mensaje es en realidad muy sencillo. Tiene una
invitación a cambiar de vida. No otra cosa significa “convertirse.” Podemos
darle muchas vueltas a esa palabra pero en el fondo todos sabemos a qué se
refiere. Todos somos conscientes de las asignaturas pendientes que hemos ido
dejando a lo largo de nuestra vida. Envidias, egoísmos, violencias... tantas
cosas que creemos que hemos dejado atrás pero que en el fondo se nos han
quedado pegadas a la piel como cicatrices horribles. Convertirse significa
lavarnos, limpiarnos, purificarnos y empezar como nuevos. Este año de la
misericordia, convertirse significa pedir perdón al que ofendimos, reconstruir
las relaciones rotas con el hermano, renunciar a la violencia y construir la
paz. Cada uno tiene que mirar en su propia y personal historia y, si somos
honestos, no tendremos mucha dificultad para descubrir eso en lo que tenemos
que convertirnos.
Esa conversión que tanto nos hace falta a veces no podemos
conseguirla con nuestras solas fuerzas. Nos dice la primera lectura que cuanto
pedimos lo recibimos de Dios. Su Espíritu es el que intercede y nos
capacita a creer en Jesús y su mensaje. Y éste es su mandamiento: que creamos
en el nombre de su Hijo Jesucristo. Y
ahí viene Jesús en nuestra ayuda. En el Evangelio se dice de él que iba por los
caminos de Galilea enseñando, proclamando el Reino y curando las enfermedades y
dolencias del pueblo. En el fondo, Jesús sigue pasando por nuestras
vidas, sanando, curando nuestras heridas y nuestras dolencias.
Pidamos ser curados, transformados de tal manera que
resplandezca su rostro y actitudes en nosotros durante este año y así
seamos testigos que interpelen a las multitudes.