Hay veces que Dios nos da una luz
especial; saquémosle partido a esa luz, retomando fuerzas para obrar conforme
su voluntad, tanto en los momentos lúcidos como en los momentos en que no vemos
claro. Confiemos en Su palabra, actuemos con prudencia pero con decisión.
Que esta luz nos lleve a estar a su lado
y a proclamar responsablemente con nuestro ejemplo que Dios ha venido a
redimirnos a todos; entusiasmados de gozo llevemos al Niño a quienes nos
rodean, empezando por los que viven con nosotros en nuestro Nazaret.
Virgen María, muéstrame a tu Hijo;
enséñame a contagiarme de su bondad para que pueda dar un paso más de
conversión, para que pueda imitarle, intentando, por medio de mis miserias,
alcanzar la santidad. Hoy quiero regalarle mi ser, ofrecerle mi vida para que
Él actúe en mí.
San José, enséñanos a orar escuchando en
el silencio.