¡Ven Espíritu Santo, enséñanos a
orar, mueve nuestros corazones al más puro amor!
Acabando el Tiempo Ordinario, estas
lecturas tiene un sabor escatológico- apocalíptico; nos invitan a rezar con una
realidad llena de sentimientos encontrados: vida y muerte, salvación y
condenación… La liturgia de este día nos pone el corazón en el Cielo y los pies
en la Tierra. Une eternidad (Cielo) con esta vida (servicio en el amor). Es un
juego continuo entre vivir en plenitud esta vida, ansiando la verdadera
plenitud en el Paraíso; trabajar en esta tierra pero por el fruto de la vida
eterna, no desestima el trabajo en esta tierra, pero le da el sentido… Nos
pregunta quizás hoy el Señor:
1. ¿Somos conscientes de que moriremos?
2. ¿De que detrás de esta vida hay dos opciones, felicidad eterna
en el Cielo o pena en la condenación?
3. ¿De que al atardecer de mi vida me examinarán del amor?
4. ¿Soy consciente de que no soy yo quien me salvo, sino la
Misericordia de Dios?
5. ¿Soy consciente de que mis guerras, luchas, tribulación, tiene
un valor inestimable desde el prisma de la eternidad, desde la mirada divina?
6. ¿Somos conscientes que todo en esta vida mortal tiene su eco en
la futura vida inmortal?
Pero también nos da respuestas, nos
da claves:
1. “Concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque
en servirte a ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero”
(Oración colecta)
2. “Los que honran mi nombre (en esta vida) los iluminará un sol de
justicia (Sol eterno, luz eterna…) 1ª lectura
3. “El que no trabaja, que no coma […] para ganarse el pan” (eleva
la mirada, ¿por qué pan trabajo yo?
4. “Esta ofrenda […] nos alcance la gracia de servirte con amor y
nos consiga los gozos eternos” Oración sobre las ofrendas
5. “Así tendréis ocasión de dar testimonio […] yo os daré palabras y
sabiduría […] ni un solo cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas” Evangelio
Que el Señor nos toque el corazón y
nos conceda las gracias necesarias para ser fieles y Santa María haga el
milagro de nuestra perseverancia.
Feliz oración. Feliz domingo, día del
Señor.