4 noviembre 2016. Viernes de la XXXI semana de T. O. – San Carlos Borromeo – Puntos de oración

Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.
Siempre es importante empezar con esta invocación que pone san Ignacio para comenzar las meditaciones de Ejercicios, pero al hablar de este tema hay que hacerlo con más razón. Administradores ¿de qué? Somos administradores de muchas cosas en esta vida: cosas materiales como dinero, herencias, casas…; y cosas más intangibles como el cariño de nuestra gente, nuestra imagen y dignidad, la educación y los valores que hemos recibido…
La forma de gestionarlos debe ser, según nos dice san Pablo en su carta a los Filipenses, pensando en que “somos ciudadanos del cielo”. Si nuestra morada eterna estuviera aquí en la tierra, quizá podríamos hacer las cosas como el administrador injusto del evangelio, pero no, no es así, nosotros sabemos que tendremos que dar cuentas de nuestras gestiones y por eso lo debemos hacer con justicia y caridad.
El “principio y fundamento” de nuestra vida debe ser “en todo amar y servir” a su Divina Majestad y a los demás hombres, por eso todas nuestras intenciones, acciones y operaciones con todo lo que hacemos y lo que hemos recibido deben ser para eso, para amar y servir a Dios y a los hombres. Si lo hacemos de otra manera, pensando solo en nuestro beneficio, haremos de la vida un infierno y quién sabe si luego caeremos en él.
Los “hijos de la luz” que dice Jesús en el evangelio, pienso yo, que seremos realmente más astutos si hacemos las cosas bien, aunque aparentemente parezca que de otra manera se tiene más éxito temporal. Pero es que el éxito de una vida feliz, no tiene precio…, o sí, es el de actuar con absoluta gratuidad.
Así que digamos una y veinte veces:
Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.

Que esto nos dará la verdadera alegría. Y luego, cuando venga la tentación de corrupción, patada en el trasero al demonio y nosotros a ser felices.

Archivo del blog