22 noviembre 2016. Martes de la XXXIV semana de Tiempo Ordinario – Santa Cecilia – Puntos de oración

A dos días de la clausura del Año de la Misericordia todavía resuenan hoy, al ponernos en la presencia de Dios, los ecos de tantas gracias recibidas. Que de nuestro corazón agradecido sigan saliendo acciones de gracias, reconociendo tanto bien derramado.
La liturgia de hoy, martes de la última semana del tiempo ordinario, nos presenta la última venida del Señor: “ha llegado la hora de la siega”, dice la primera lectura, del libro del Apocalipsis. “Llega el Señor a regir la tierra”, nos hace recitar el Salmo. Que el Espíritu Santo haga surgir en nosotros un deseo de encuentro con este Señor que viene, lleno de misericordia, a recoger nuestras vidas y llevarlas a la visión del Dios Todopoderosos. No tengamos miedo a pensar en el final de nuestras vidas, en el más allá, en la vida con mayúsculas que nos espera.
El Evangelio viene de perlas para situarnos en el punto justo de cara a esa venida del Señor, que es inminente para cada uno de nosotros, que nos llegará cuando Él, en su misericordia, lo determine:
“Mirad que nadie os engañe”, nos dice Jesús. Es decir, seamos también realistas y vivamos la vida con intensidad, vivamos la fidelidad en el día a día.
Habrá momentos de purificación, ya lo sabemos. Acontecimientos que pondrán nuestra vida patas arriba, pero con eso debemos contar. Porque por encima de todo está la confianza en un Dios misericordioso que no nos deja de su mano, que nos acompaña y a la vez nos espera al final del camino.

Por eso, hoy podemos seguir diciendo, como hacemos cada día en el Padrenuestro: “venga a nosotros tu Reino”, Señor.

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