29 noviembre 2016. Martes de la primera semana de Adviento – Puntos de oración

Nos encontramos ya en la primera semana de adviento y con ella se inicia el nuevo año litúrgico. Atrás quedó ya la semana entre la fiesta de Cristo Rey y el primer domingo de adviento.
La vida litúrgica del creyente discurre a lo largo del año como un puente que se sostiene entre estos dos pilares: La Encarnación y la fiesta de Cristo Rey. Son las dos conmemoraciones que nos recuerdan, por un lado, el inicio de nuestra salvación y, por otro, el fruto de esta, lo que estamos llamados a ser.
Las semanas pasadas se nos hablaba del triunfo del Reino de Dios, de su victoria sobre el maligno, de la glorificación de los justos y de la llegada de Cristo resucitado. Todo esto es lo que nos espera, a lo que estamos llamados los creyentes.
Pero con el comienzo de este nuevo año litúrgico se nos recuerda también cuál es el camino para llegar a ese Reino de Dios, y ese camino no es otro que el de Belén. Y en eso consiste el Adviento, en preparar el camino al Señor en nuestros corazones y en los de los que nos rodean. El reino de Dios es para los que se hacen como un niño, para los pobres y sencillos. En definitiva, Cristo es nuestra meta pero también nuestro camino. Nos muestra la meta, la Gloria, y también el camino, que no es otro que su humanidad, su vida terrena, su vida como hombre.

Para prepararnos a esa venida del Niño Dios  nada mejor que fijarnos en la Virgen Inmaculada. En la soledad de Nazaret, escribe el P. Morales dirigiéndose a María, adoras, amas, esperas. (…) Santa María del Adviento: Junto a ti en el Nazaret de la vida oculta… Estudio, oración, entrega, trabajo, olvido. Este es el camino para llegar a la Gloría, el camino que siguió Él, el que siguió su Madre.

Archivo del blog