12 febrero 2017. Domingo VI del Tiempo Ordinario (Ciclo A) – Puntos de oración

Jesús lleva a plenitud la ley mediante su cumplimiento y superación como explica san Pablo en sus cartas, sobre todo en Romanos y Gálatas.
Hoy el evangelio, dentro de la lectura continua del sermón de la montaña, nos presenta esta realidad. Las limitaciones de la ley antigua que ponen de relieve los profetas salen de nuevo a la luz con Jesucristo. Jesús viene a establecer una alianza nueva que exige un mandamiento nuevo. Este mandamiento supera la antigua ley: “se os ha dicho… pero yo os digo”; y al mismo tiempo la lleva a plenitud.
Pidamos hoy en nuestra oración comprender esa nueva ley que Jesucristo encarna, él mismo se constituye en norma. Seguir a Jesús, imitarle es la nueva ley. La concreción según las situaciones y estados de vida la va realizando cada uno con el auxilio del Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos puede ayudar en la oración de hoy:
1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.
1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.
1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.
1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad.

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen" (LG 42).

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