Lectura del libro de Isaías (49, 14-15)
Sión decía: “Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado.” ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no
tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no
te olvidaré.
Salmo responsorial (61, 2-3. 6-7. 8-9ab) (R.: 6a)
R. Descansa solo en Dios, alma mía.
R. Descansa solo en Dios, alma mía.
Solo en Dios descansa mi alma, porque
de él viene mi salvación;
solo él es mi roca y mi salvación; mi alcázar: no vacilaré. R.
solo él es mi roca y mi salvación; mi alcázar: no vacilaré. R.
Descansa sólo en Dios, alma mía, porque
él es mi esperanza;
solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. R.
solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón. R.
Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón. R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,
1-5)
Hermanos: Que la gente sólo vea en
nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí, lo
de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo
me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso
quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo:
dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá
al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo
que merece.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6, 24-34)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: -”Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y
amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del
segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis
agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo,
pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el
cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni
almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis
vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir
una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo
crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en
todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está
en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más
por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer,
o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas
cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad
sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo eso se os dará por añadidura.
Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio
agobio. A cada día le basta su desgracia.”