4 febrero 2017. Sábado de la cuarta semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

En este año centenario de las Apariciones de la Virgen Nuestra Señora del Rosario en Fátima, todo lo que nos recuerde a pastores y rebaños, nos va a resonar de una forma especial. El salmo 22 se refiere proféticamente a Jesucristo el Buen Pastor, que se llama a sí mismo de esta manera. Él es el buen pastor que da la vida por sus ovejas… que la dio materialmente en Jerusalén en tiempos del rey Herodes, y que la da cada día de este nuestro año 2017 en tantos cristianos perseguidos del mundo. Nosotros somos sus ovejas. Queremos ser sus ovejas. Traídas de acá para allá, fiándonos de los lugares donde nos lleve, porque sabemos que tendrá los pastos mejores, los más nutritivos. Quizá, a veces, no nos gusten mucho, preferiríamos otros más accesibles y fáciles de comer, pero seguramente tendrían menos nutrientes y nos harían unas ovejas flojas y vagas. Tener que remontar algunas colinas para alcanzar pastos jugosos y fuentes tranquilas nos hará un rebaño fuerte y ágil.
Los cristianos no estamos hechos para ser ovejas de granja, sino para ser ovejas de campo. Nuestra misión es ir por el mundo anunciando la Buena Noticia de un Dios, Buen Pastor, que está deseando aumentar su rebaño para establecer un Reino nuevo que no tendrá fin. ¡Benditas contrariedades, y viajes a pastos difíciles que nos mantienen activos y apostólicos!
Una vez, leemos en el Evangelio, Jesús quiso llevar a sus apóstoles a un lugar tranquilo para descansar, pero lo que encontró fue una mayor ansia de Dios. La muchedumbre fue a buscarlo también allí, y Jesús no pudo negarse a predicar… Quizá les estaba diciendo a sus apóstoles que descansar también es eso, que hay que aprender a descansar anunciando el mensaje. Ya pararemos en el Reino ese que no tendrá fin.
Lucía, Francisco y Jacinta, llevaban también sus ovejas a los buenos pastos de Cova de Iría, allá en el Portugal de 1917; y allí, en su trabajo diario, en su sencillez de niños, la Virgen, Nuestra Madre, se les hizo la encontradiza para dar al mundo un mensaje de oración y penitencia por los pecadores. Un mensaje para que ninguna oveja se quede fuera del redil cuando se recoja a todas al atardecer.

Bonita oración la de hoy. “El Señor es mi pastor, nada me falta”.

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