27 febrero 2017. Lunes de la VIII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

El Evangelio que hoy nos presente la Iglesia, a tan solo dos días del comienzo de la Cuaresma, nos interpela en dos direcciones: La primera, la vocacional; y la segunda, el lugar que ocupan en nuestra vida, lo que podemos llamas "las riquezas"... Vamos a intentar hacer nuestra oración en este día sobre estos dos puntos, por ver si podemos sacar algún provecho...
Todos buscamos como llegar a la vida eterna, pero no todos damos con el camino correcto y personal, que Dios ha soñado para que nosotros la alcancemos... La vida eterna es el final bueno y laudable que deseamos.., todos lo queremos, pero los medios que debemos poner y emplear para llegar.., nos parecen a veces difíciles o simplemente nos asustan...
La primera pregunta, que nos surge en automático, es esta: ¿Es que no basta con ser bueno, es decir con cumplir los mandamientos...? ¿Es que uno no puede ser bueno y al mismo tiempo ser rico? Pero el decir de Cristo es este: "Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A mi entender, que es pobre y limitado, creo que al joven del evangelio de hoy, no solo se le está indicando como conseguir la vida eterna, sino como conseguirla, siguiendo además de cerca a Jesucristo, que es el regalo de los regalos en esta vida... ¡La vida eterna es maravillosa, pero no es lo mismo entrar en ella, habiendo llevado, o no llevado, a su plenitud la gracia de ser hijo o hija de Dios..., y la plenitud de la Gracia es Cristo vivido, amado y seguido lo más de cerca posible...
Aquel joven se encontró en la disyuntiva de tener que escoger, entre la seguridad de su pasado que no era poca, y la esperanza de su futuro, que prometía mucho más, pero que no se veía..., no se palpaba..., no lo parecía a simple vista...
La respuesta que dio, la conocéis todos, simplemente bajó la cabeza, giró sobre sus talones, y regresó por el camino que había venido... Pero llevándose algo que no había traído cuando se acercó a Jesucristo, y esto fue una profunda tristeza, por no haber sido capaz de responder con generosidad a la llamada de Dios en Cristo Jesús...
Ahora viene la aplicación práctica y concreta para nuestra vida. 
No todos nosotros hemos escuchado la voz de Jesús que nos decía: vete.., vende..., da…, y luego ven y sígueme…;pero esto no quita,  para que quitemos de nosotros el amor desordenado a las riquezas, a los bienes materiales, o a todo aquello que nos aprisiona, nos domina o puede esclavizarnos...
¡No se puede ser cristiano sin ser libre...!
¡No se puede ser libre y al mismo tiempo esclavo...!
¡No se puede amar más, a lo que nos separa, del Amor que es Cristo...!
Hoy puede ser un buen día para que nos examinemos sobre nuestras esclavitudes..., nuestras dependencias..., nuestros apegos..., es decir, todo aquello que no merece el nombre de Dios, pero al que se lo damos, implícita o explícitamente en algún momento de nuestra vida...
Hoy puede ser un buen día para poner las cosas en su sitio..., es decir para saber si somos o no somos libres de verdad, y en la Verdad, que es Dios...
¡No nos asustemos por lo que podamos descubrir...!
¡No temamos ante lo que podamos encontrar...!
¡Seamos valientes a la hora de examinarnos...!
Yo solo os diría una última cosa, por si la hemos olvidado: ¡Nada, absolutamente nada en este mundo, puede hacernos felices totalmente, salvo el cumplimiento de la Voluntad de Dios en este hoy, en este ahora, y en esto que digo que tengo, disfruto y me pertenece...

Madre de Dios y Madre nuestra, no permitas que nada me separe de Dios, o me impida ser totalmente de Él, con Él y en Él...

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