21 abril 2018. Sábado de la III semana de Pascua – San Anselmo – Puntos de oración


Paso 1. Haga usted silencio exterior, deje el móvil apagado (¡ah no! Que estás leyendo ahí estos puntos). Bueno, pues en modo avión para que le distraiga durante este viaje.
Paso 2. Haga silencio interior: deje de pensar en todas las cosas que tiene que hacer hoy, porque ahora solo tiene que hacer una. Póngase a la escucha… ¿Lo oye? De repente, ¡¡¡PAAAAM!!! ¡Explosión! ¿De qué? De alegría, mendrugo. ¡Que seguimos en Pascua!
Pues ale, ya estamos preparados para la oración de hoy. Empezamos pidiendo al Espíritu Santo que llene nuestro corazón de alegría, que la sintamos. Seguro que nos quiere conceder el regalo de llevar esa alegría a los demás en el día de hoy. Le pedimos también que nos ayude a hacer este rato de oración, que a veces nos cuesta un poco.
Y cuando todo parecía bonito… problemón. El evangelio de hoy nos relata uno de los pasajes más tristes. Los seguidores de Jesús, que se habían puesto finos a pan y pescado gracias al maestro, dicen que en realidad el pavo ese les exige mucho y cogen y se piran (¿a Narnia?). Nos podemos imaginar la pena que sitió Jesús en su corazón en ese momento. Entonces, se gira, mira a sus 12 amigos y les dice: Y vosotros, ¿también me vais a abandonar? Ya se podía esperar cualquier cosa… Y Pedro, que de vez en cuando acierta, está rápido para decir. ¿Con quién vamos a estar mejor? Puede que hubieran estado pensado en dejarle y llegaron a la conclusión de que les convenía seguir estando junto al hombre que andaba sobre las aguas y multiplicaba la comida o puede que a Pedro le saliera del corazón. Cuántas veces hacemos nosotros cuentas con el Señor ¿eh? Te sigo porque estoy a gusto, cuando algo me cuesta doy un paso atrás… y así. Como en general nos renta estar con el Señor, pues aquí seguimos. Hasta que deje de rentar y hagamos como los del evangelio.
La única forma de perseverar es tener un encuentro personal con Cristo. La única forma que de verdad vale para seguirle es hacerlo por amor. Porque hemos conocido el amor que Él nos tiene. Porque acabamos de recordarlo en Semana Santa y porque estamos en Pascua y lo de Resucitar mola mucho, así que vamos a pedirle a Dios, hasta el aburrimiento, que nos haga fieles seguidores suyos. Que ponga tanta alegría en nuestro corazón que nos sea imposible abandonarle y que otros se encuentren con Él a través de nosotros.
Que la Virgen nos ayude.

Archivo del blog