1. Oración preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia
de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración
preparatoria de Ejercicios (EE 46): “Señor, que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de tu divina majestad.”
2. Petición:
Con la oración colecta de la misa de hoy pedimos para que seamos fieles a la
llamada a la santidad que Dios nos hace a todos, a cada uno a su
estilo,.. “Dios todopoderoso y eterno, que en san Antonio de Padua has
dado a tu pueblo un predicador insigne y un intercesor en las necesidades,
concédenos con su ayuda, seguir las enseñanzas de la vida cristiana y experimentar
tu protección en todas las adversidades”.
3. Puntos para orar: Hoy miércoles 13 de junio celebramos a San Antonio de
Padua. Un santo muy popular. Suelo ir por las mañanas a primera hora a la
parroquia que llevan los franciscanos en mi ciudad. Habitualmente en la primera
misa de la mañana no pasamos de una treintena de personas, pero durante la
novena de San Antonio la iglesia tiene muchos más fieles, a pesar el madrugón,
que acuden a la llamada de la novena que se celebra en honor del santo que celebramos
hoy. La santidad de todos los santos a lo largo de la historia ha sido y es en
nuestros días una participación en la santidad de Dios Padre que Jesús nos dio
como modelo de la nuestra: “sed santos como vuestro Padre Celestial es
santo” (Mt 5,48). La lectura del Antiguo Testamento nos muestra a un
santo con sus características de “rompe y rasga”: el profeta Elías, lleno de
celo generoso y vehemente por el Dios de Israel: “Ardo de celo por
Yahvé, Dios de los Ejércitos, porque los israelitas te han abandonado, han
derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas. Sólo quedo yo, y me
buscan para quitarme la vida”. (1 Re 19, 14). Y en la lectura de hoy
se muestra como ese celo es el instrumento de Dios para despertar la fe
aletargada de Israel y para hacer volver a los israelitas de entonces desde su
infidelidad y su pecado. Y el sencillo fraile franciscano portugués que
celebramos hoy, lleno también de santo celo predicó con mansedumbre y dulzura,
cada uno a su estilo, para convertir a los hombres de las descristianizadas
Francia e Italia del siglo XIII. Y hoy en día Dios nos pide eso mismo a
nosotros. La iglesia, cuyo rumbo lo lleva el Espíritu Santo a través de la
historia hasta el fin de los tiempos, suscita en cada época los santos que, a
pesar de la dificultad de cada momento histórico tienen que ser testigos de lo
eterno ante los hombres de su tiempo. Y esos ahora somos nosotros. pedimos luz
al mismo Espíritu en nuestra oración de hoy.
Y el Papa Francisco nos ha regalado
con una exhortación sobre la santidad “Gaudete et exsultate”, que
nos actualiza cómo quiere Dios la santidad para nosotros en estos tiempos, que
es como siempre: en el camino de las bienaventuranzas que nos mostró Jesús con
su vida. Puede ser una buena lectura para estos próximos días y también para
llevar en la maleta en las próximas vacaciones de verano.
5. Unos minutos antes del final de la oración: Diálogo con la Virgen. Pedirla luz para que conozca más
a Jesús y para que conociéndole, más le ame y más le siga. Acabar con una
avemaría o salve.
6. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he
recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver
dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer
examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y
proponerme algo concreto para enmendarlo.
7. Enlace para descargar en un archivo pdf, de la web del
vaticano, la exhortación apostólica “Gaudete et exsultate” sobre
la llamada a la santidad en el mundo actual: