18 junio 2018. Lunes de la XI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Es fácil tomarse el Evangelio con superficialidad. Estamos tan acostumbrados a Él. Nos sabemos tan bien muchos de sus pasajes que a veces requiere un esfuerzo el conseguir detener nuestro corazón para que verdaderamente escuche la Palabra de Dios. No solo tenemos que ser contemplativos en la acción sino también muy activos en la oración, para eliminar todas las dificultades que nos impiden escucharle. Una de esas dificultades sería leer el Evangelio de hoy como una lista de consejos morales. Algo así como: “Más vale sufrir una injusticia que cometerla”. Quizá nos pueda ayudar el tiempo en que oímos esta Palabra: el mes de junio, el mes del Corazón de Jesús.
Desde esa perspectiva ya no encontramos meramente unas pautas de conducta, sino que, ante todo, vemos que ese Corazón que tanto nos ha amado nos quiere decir algo. El Evangelio de hoy es un parlamento de Jesús. Estamos escuchando estos días uno de los discursos de Jesús en el Evangelio de Mateo. Son pocas las Palabras de Jesús que nos han llegado. Cada una de ellas vale su peso en oro. Escuchémoslas como salidas de sus labios de Amante, como esas pocas Palabras escogidas en las que quiere transmitirnos su Amor. Son días para mirarle a los ojos y escuchar cómo nos habla al Corazón.
Por eso sería superficial tomar el Evangelio de hoy simplemente como unos consejos de vida. Es algo más. Si estamos atentos nos damos cuenta lo que nos está diciendo: imítame, ven conmigo a la Cruz. No respondas al mal enfrentándote a él. No respondas al mal con justicia. Haz como yo, cuando haya mal ofrécete para ser su víctima. No como héroe, no por abnegación. Simplemente, para que puedas estar más cerca de mí donde yo siempre estoy: en una Cruz. Por favor, acompáñame.

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